Las parejas cambian a lo largo del tiempo. El problema viene cuando sólo es uno de los dos el que evoluciona o si ambos lo hacen en direcciones diferentes. ¿Tienes esa sensación con tu pareja? ¿Sientes que ya no le conoces? Tranquila, aquí tienes algunas claves que te ayudarán a asumir la nueva situación y a recuperar la sintonía.
Diferentes direcciones
Todos evolucionamos con el paso del tiempo en pareja. Estos cambios pueden enriquecer la relación o ponerla en peligro si vuestros puntos de mira, prioridades, necesidades u objetivos dejan de coincidir. Es humano pensar de forma diferente, cambiar nuestra percepción de las cosas e incluso de la relación, eso es algo que no puedes reprocharle. Si sientes que esto es precisamente lo que os está ocurriendo y te está alejando de él, no te ancles al pasado, contempla la posibilidad de que tú también tengas que cambiar para poder seguir juntos.
Del cambio a la crisis
Ya sea porque ha cambiado su forma de plantearse la vida en pareja y quiere más libertad, porque quiere ser padre y tú no, porque le gustaría vivir en el campo, porque ya no le gusta hacer vida social o quiere hacerse budista, cualquier cambio importante traerá consigo discusiones, desencuentros, enfados, distancia, silencios y situaciones incómodas. Pero, como dicen los psicólogos, no debemos tenerle miedo a los cambios ni a las crisis, no sólo inevitables sino necesarias para la salud de la vida en pareja y para poder crecer juntos. Es totalmente normal que te sientas frustrada, insegura e incluso desilusionada por la confusión que te genera ver en tu pareja casi a un extraño. Pero la solución no será intentar que vuelva a ser como antes, sino tratar de entender por qué ahora es así.
Qué hacer
Ante un cambio vital evidente de nuestra pareja, los psicólogos recomiendan evitar los reproches, culpabilizar al otro de cómo nos sentimos, presionarle para que vuelva a ser como antes o incluso vengarnos con actitudes o conductas que le hagan daño. Por supuesto, taparse los ojos y hacer como si no pasara nada tampoco es la solución ni supone una actitud madura. Lo recomendable es aceptar cuanto antes la evidencia y tratar de aprovechar el cambio como una oportunidad para evolucionar juntos y reencontrarse como pareja. Y eso pasa por un diálogo sincero, valiente y sin prejuicios.
La gestión del cambio
Si tienes claro que él ya no es el hombre del que te enamoraste, tienes dos opciones si quieres seguir adelante: asimilar los cambios o tratar de evolucionar tú también. Para eso ambos tendréis que ser muy sinceros y capaces de decir en voz alta si seguís sintiendo el suficiente amor, si queréis seguir juntos y, lo más importante, si será bueno para ambos. No te plantees jamás ceder a un planteamiento de pareja que no compartas sólo por no perderle, no funcionará. Para gestionar adecuadamente la situación piensa que los cambios no tienen por qué ser negativos, todo lo contrario, las relaciones de pareja deben redefinirse cada cierto tiempo para seguir siendo saludables y de igual a igual. Intentar determinar quién de los dos está en el camino correcto también es un error, la mejor opción es encontrar un lugar común que os permita seguir compartiendo un proyecto de vida. Empezar de cero es muy difícil, pero con tiempo y ganas, sí podéis crear una nueva relación que os satisfaga a ambos.
La cuestión de los hijos
Según los terapeutas de pareja, la aparición del instinto maternal o paternal, cuando no era algo que ambos desearan, suele provocar una crisis de pareja. En el caso de ellas, el reloj biológico suele imponerse a cualquier planteamiento anterior de vida en pareja. Pero también se dan muchos casos en los que son ellos quienes quieren ser padres y ellas se niegan. Las soluciones de este conflicto suelen ser dos: o la ruptura de la pareja porque ambos tengan clara su postura y prefieran renunciar al otro, o que uno de los dos ceda. Pero, como señalan los psicólogos, la paternidad debe ser una acción responsable, no se debe ser madre o padre para satisfacer al otro. Esta decisión no suele solucionar la crisis sino dejar abierta una puerta a futuros problemas.
¿El fin de la relación?
Los cambios en pareja no suelen ser de un día para otro sino progresivos e invisibles en el día a día, lo que puede hacer que un día te pares a mirar a tu pareja y sientas que convives con un auténtico desconocido. Tras esta situación se esconde una gran falta de diálogo y, seguramente, el miedo a reconocer que vuestras vidas estaban tomando caminos diferentes. Tras años de relación, no es tan extraño que ambos tengan intereses, aficiones y gustos completamente diferentes. Si has estado ciega, sorda y muda durante mucho tiempo, puede que sea difícil acercar la distancia que ya os separa, en cuyo caso, y aunque resulte muy doloroso, también debes hablar claramente con él sobre lo que os ha ocurrido para ver si hay alguna opción de volver a encontraros o si es mejor que cada uno siga su camino.
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