Si en las monógamas la comunicación es importante, en las parejas liberales sexualmente, resulta esencial para mantenerse unidas y no dañarse. Ésta debe ser constante para poder construir un código propio de comportamiento con las reglas y límites que ambos acuerden. Y no sólo por el problema de los celos, sino por todas las complicaciones que puede suponer gestionar una relación abierta, tanto respecto a los propios implicados como a su entorno. Para dar el paso de contárselo a amigos o familiares ambos tienen que estar muy seguros de su relación y de su opción de vida, tan aceptable como otra cualquiera si ambos están de acuerdo.