Días más largos, escapadas a la playa, salidas con amigos, más vitalidad… y hormonas revolucionadas. "No se trata de una leyenda sino que está comprobado que fisiológicamente durante el verano nuestro deseo sexual aumenta, pues debido al efecto solar, los niveles de testosterona (hormona que se encarga del deseo sexual, entre otras cosas), serotonina y endorfinas (controlan la sensación de placer) suben", dicen desde Doctoralia. Todo parece indicar que, de forma natural nuestro cuerpo está más predispuesto al sexo. Sin embargo, si no se toman las precauciones correctas esta desinhibición natural puede acarrear problemas incluso más allá del verano. La especialista en ginecología del centro médico Teknon Teresa Gómez, que puede encontrarse en Doctoralia, nos da las claves principales para evitar problemas de salud sexual en verano.