En un mundo en el que cada vez somos más conscientes de nuestra salud mental y en el que se nos anima a encontrar la tranquilidad en el caos diario de nuestra vida, el 'mindfulness' ya no es terreno exclusivo de meditadores intensos y yogis monásticos.

La meditación se ha convertido en algo mucho más simple.

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Con la ayuda de 'apps' como Headspace, ya no te volverás a ver a ti misma sentada en el suelo con las piernas cruzadas cantando 'ommmmm'.

No, en lugar de eso simplemente sitúate en un lugar tranquilo durante 10 minutos, reflexiona sobre tus pensamientos y sentimientos y vacía tu mente.

Pero con esta revolución de la tranquilidad, ha habido un auge de negocios que quieren cubrir una nueva demanda de silencio.

Desde escapadas de fin de semana a cenas o citas, ahora puedes llevar tu yo introvertido a la esfera pública e interactuar de alguna manera con otros silenciosos.

El servicio de citas Shhh ofrece la típica experiencia de cita rápida pero sin la pequeña charla, ya que lo que tienes que hacer es mirar fijamente a los ojos del otro y tomar parte en juegos de seducción no verbales.

Aunque a alguno esto le pueda sonar más a una competición de sostener miradas que a una cita, Shhh asegura que es "mucho más fácil conectar con alguien después de dos minutos de mirar fijamente"

Aunque ellos dicen que los ojos son las ventanas del alma, ¿es realmente posible conectar con alguien instantáneamente a través del poder del silencio, o eso de sostener miradas es simplemente algo extraño y difícil?

James Barton, un redactor de 30 años, narró cómo le fue buscando un romance sin palabras y explicó que toda la experiencia era beligerante.

"Después de unos 10 segundos, se fue haciendo cada vez más incómodo. Decidí intercalar una broma para quitar tensión, pero se volvió contra mí cuando me di cuenta de que la gran mayoría -posiblemente todas- de mis observaciones ingeniosas de repuesto son expresadas verbalmente... Así que recurrí a hacer un ruido escatológico con mi axila".

Nunca volvió a saber de esta cita...

¿Es este nuevo auge del culto a la tranquilidad algo que debamos descartar como un 'mindfulness' llevado al extremo? ¿O es el momento de apagar el iPhone, volver a lo básico y conectar con alguien en un nivel más humano?

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Georgie King, una productora 'freelance' de 29 años, visitó una comuna 'hippie' en Tailandia que hacía ejercicios para conocer al otro a través del silencio, y se dio cuenta de que toda la experiencia era muy gratificante.

"Al principio toda la situación me parecía increíblemente incómoda y mis risitas lo mostraban, pero es cierto que después de un tiempo comienzas a sentirte de alguna manera vinculada con la otra persona. Nuestra intuición está siempre tan ahogada por tanto ruido que, cuando lo apagas, sea o no real, puedes notar como que 'sientes' cómo es la otra persona. ¿Les han roto el corazón alguna vez, son felices, o son tristes tras su sonrisa? Lo que resultó más divertido, mi garganta incluso me empezó a doler con una mujer, y le pregunté si tenía algún problema y me dijo que siempre estaba enferma con infecciones de garganta. Fue espeluznante", asegura.

Quizás puedas encontrar una conexión y una conversación en silencio.

Es posible que no tengas la misma conversación en tu cabeza que la persona a la que estás mirando fijamente, pero estaremos de acuerdo en que volver a lo básico no nos puede hacer ningún año, ¿verdad?

Sin embargo, esto no quiere decir que me vaya a cortar la lengua y que me cambie a una vida de silencio.

Adoro demasiado hablar y no quiero verme haciendo un ruido escatológico con mi axila.

Vía: ELLE UK