Muchas veces la realidad más cotidiana es aquella que la sociedad decide ocultar. Entre la tristeza, las dudas, la pena, los abortos se cuentan en voz baja, como si fuera algo que esconder cuando los abortos espontáneos alcanzan, según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, el 20% de los embarazos.

Poco se habla de la lucha que tienen las parejas para recuperarse de esa pérdida, como si avanzar supusiera no hablar de ello o como si el silencio o el disimulo restaran dolor a esta experiencia. Algunas voces han empezado a contarlo, a expresar la angustia y la pena, y gracias a ellas, otros pueden sentirse reconocidos, y quizás acompañados.

Man Repeller, la bloguera

Ya Leandra Medine alzaba la voz desde su blog en un post muy inspirador . Cuando por fin hizo realidad su sueño de quedarse embarazada después de muchos problemas, en la semana 14 de gestación, el pequeño corazón del bebé que tanto costó concebir había dejado de latir. Olvidando el dolor físico que no le desearía, en palabras de la bloguera, "ni al mayor fan de Hitler", la imposibilidad emocional de librar esta batalla se apoderaba de ella: "Era imposible lidiar con ello emocionalmente, pero aún más difícil tratar de suprimir lo que yo quería".

La culpabilidad erróneamente adquirida con el objetivo de encontrar una sola explicación a esta especie de 'castigo' al que te somete la vida llega tras el jarro de agua fría que supone caer en la cuenta de que ese futuro bebé ya no está y que nunca será el hijo que tanto esperabas. "La mayoría de las mañanas me despertaba y deseaba estar durmiendo todavía. Traté de averiguar por qué me pasó esto, lo que hice para merecerlo, si había hecho algún trato involuntario con mi dios por el que tendría éxito profesional pero en lo personal estaba destinada a años de sufrimiento. Me retracto. ¿Estoy siendo castigada? No lo sé", narraba Leandra.

Como ella, Beyoncé, Nicole Kidman, Mariah Carey o incluso Lily Allen también se sumaron en su día a la lista de supervivientes de esta traumática experiencia.

Lily Allen embarazadapinterest
Gtresonline
Lily Allen embarazada en la premier de Tamra Drewe de Reino Unido.

Cuando la primera perdió a su primogénito decidió recurrir a la música para poco a poco paliar su dolor: "Fue la primera canción que escribí para mi siguiente álbum y la mejor terapia, porque fue lo más triste por lo que he pasado".

Lily Allen sufrió dos abortos, uno de ellos en el segundo trimestre, cuando estaba embarazada de seis meses, algo poco común, pues el 75% de los casos se dan en el primero, por lo que tuvo que ser intervenida y casi muere de una septicemia. Tras este acontecimiento, aunque la cantante consiguió recuperarse y seguir adelante con su carrera musical, tuvo que ser ingresada en una clínica psiquiátrica.

Aunque lentamente se recupere el orden natural de las cosas y se empiece a entender que esta pérdida no supone el fin de la maternidad sino el comienzo de una nueva, como le sucedió a Demi Moore o Courtney Cox, es imposible dar por hecho que ese dolor se olvidará para siempre. De hecho, algunas, como Victoria Beckham, al quedarse de nuevo embarazadas, temiendo otra pérdida, ocultan la buena nueva de su embarazo hasta que éste ya está bien avanzado. Como ellas, tantas otras mujeres anónimas que han tenido que aprender cada día a lidiar con la pérdida.

Victoria Beckhampinterest
Splash News
Victoria Beckham en Nueva York.

Leandra Medine cuenta en ese mismo post su proceso de curación: "Miré al espejo y me disculpé, primero por decir cosas tan repugnantes. Le di las gracias a mi cuerpo por recuperarse. Le dije que ya estaba bien estar triste. Que lograríamos superar esto, que somos fuertes. Traté de darme el consejo que le daría a mi propia hija o a mi mejor amiga. Me felicité por quedarme embarazada yo misma. Lo elogié por cuidar a un bebé durante 14 semanas. Le aseguré que juntos haríamos otro. ¡Muchos otros! Me pasé los dedos por el pelo. Me dije: te amo".