A estas alturas parece que conocemos a Kate Middleton de toda la vida: la conocimos cuando no era más que una joven universitaria y ahora ya es toda una mujer, madre de dos pequeños, a los que muy pronto se unirá un tercer hermanito.

Estamos deseando que llegue ese momento.

En la actualidad, Kate pasa la mayor parte de su tiempo en actividades como su última campaña a favor de la salud mental o acompañando al príncipe William en sus viajes. Sin embargo, su apretada agenda no ha impedido que la educación de sus hijos se haya convertido en su máxima preocupación. "Cada vez que vemos a Kate con sus hijos, podemos apreciar que son su prioridad", comenta Patti Wood, experta en lenguaje corporal.

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Kate Middleton y el príncipe William con el príncipe George en Australia en abril de 2014.

"En vez de prestar atención a las cámaras o a los periodistas, lo que Kate transmite a sus hijos en esos momentos es que lo más importante son ellos. Es una manera de que los niños recuerden esos momentos de una forma positiva a pesar de toda la parafernalia que los rodea".

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Kate Middleton y el príncipe William con sus hijos en junio de 2016.

Kate tampoco permite que los actos públicos afecten a su carácter alegre y siempre se la puede ver jugando con sus hijos. "Kate y William siempre aparecen como una pareja relajada y sonriente. Sus amplias sonrisas dan a entender que se trata de una alegría espontánea", dice Wood.

Kate suele echarse hacia atrás o agacharse para ponerse a la misma altura de los niños con el propósito (al menos eso pensamos) de no perderse ni un detalle de esos momentos en los que sus hijos demuestran su felicidad. Esto también le permite saber cuándo los niños se sienten abrumados, preocupados o sencillamente cansados. "Está constantemente pendiente de que estén bien", comenta Blanca Cobb, otra experta en lenguaje corporal. "Es como si estuviera haciendo una lectura emocional de sus hijos para cerciorarse de que todo está bien".

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La familia en julio de 2017.

Por lo general, Kate suele coger a uno de sus hijos en brazos. "Lo más interesante es que Kate suele rodear las piernas de sus hijos con sus brazos", comenta Wood. Este gesto indica que confía en sus hijos y les da espacio para que ellos exploren lo que quieran por su cuenta.

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La verdad es que la hemos visto hacer de todo con sus hijos: consolarlos, abrazarlos, bailar, jugar, reír con ellos... Es evidente que son comportamientos muy comunes a cualquier madre, pero Wood precisa que esta actitud no es muy habitual para alguien que se encuentra constantemente expuesto a las miradas de los demás. "Una y otra vez, Kate demuestra que su prioridad son sus hijos", dice Wood. "Nunca va tirando de sus hijos o camina delante de ellos". En lugar de eso, Kate siempre trata a sus hijos de igual a igual y su marido hace lo mismo".

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La familia a su llegada a Polonia en julio de 2017.

Esta fotografía transmite la idea de que la familia está muy unida. "Pequeños detalles como este, caminar todos a la misma altura (¡están todos sobre la línea roja!), demuestran que hay un equilibrio de poder dentro de la pareja", comenta Wood. Con ello, ambos dan a sus hijos la oportunidad de ver el mundo con una mayor perspectiva.

Aunque es Kate la que se encarga de todo lo relacionado con el hogar (el propio príncipe William lo ha reconocido), la sintonía entre ambos es total y se hace extensiva a sus hijos, lo que se deduce de sus expresiones faciales", comenta Cobb.

Así pues, ¿cambiará algo cuando llegue el nuevo hermanito? Esperemos que no.

Vía: Good Housekeeping US