El cerebro feliz
¿Entrenas tu cuerpo para verte y sentirte bien? Puedes hacer lo mismo con tu mente. Mila Cahue, autora de "El cerebro feliz" (Paidós) nos da las claves para "aprender a pensar".
Emoción y razón
Como explica Cahue, "la felicidad es una combinación perfecta entre emoción y razón. La parte emocional está relacionada con la ira, la tristeza, el miedo, la alegría y el amor; y la parte racional hace referencia a la atención, la percepción, la memoria y la intuición". Esta psicóloga afirma que "esta combinación se consigue con una fundamentación sencilla: aprender a pensar bien es como aprender a conducir; si controlas aquello en lo que fijas tu atención, podrás controlar tu visión de la realidad". "La razón se ve condicionada por la gestión de las emociones y, por lo tanto, hay que aprender a redirigir nuestras emociones para actuar de forma adecuada", apunta.
La felicidad, subjetiva
¿Cuánto hay de físico y cuánto de emocional en nuestra sensación de felicidad? ¿Tanto pesa lo emocional? Según Mila Cahue, "la sensación de felicidad es absolutamente subjetiva. Primero, el cerebro tiene que interpretar que le gusta 'lo que sea', y luego lo expresará a través de sensaciones físicas. Somos emocionales. La razón es tan sólo el copiloto de la emoción", dice. ¿Por qué hay personas que son positivas de forma innata y otras tienden a la negatividad? ¿Se nace así? "No, se aprende", dice Cahue. "Desde muy niños nos enseñan y aprendemos, no solamente a caminar, a comer o a ducharnos, sino también a interpretar a las personas, a los acontecimientos y al mundo", apunta. "Digamos que son estilos de pensamiento y, a pensar, sin duda se aprende, igual que a ser feliz", señala.
Momentos difíciles
Aun en los momentos difíciles o no teniendo las vida o las cosas que deseamos, ¿podríamos sentirnos felices si nos entrenamos para ello? Según esta psicóloga, "las personas más fuertes emocionalmente tendrán más capacidad para hacer frente a las dificultades y superar los retos con los que se vayan encontrando". "La mente se entrena igual que la musculatura corporal: no podemos esperar vivir una vida feliz sin un entrenamiento previo de habilidades, igual que no podemos salir a correr un maratón si hemos pasado el tiempo sentados en el sillón", dice.
Adiós tristeza
¿Qué podemos hacer cuando los pensamientos negativos o la tristeza nos invaden? "En el libro doy algunas pautas para parar el pensamiento y aprender a enfocar en algo que nos ayude a llevar mejor las situaciones", dice Cahue. Pero, como explica esta psicóloga, "tristeza y pensamientos negativos no son lo mismo". "Hay personas que están tristes ante una pérdida importante pero mantienen una línea de pensamiento enfocada y hacia adelante, sin por ello dejar de sentir el abatimiento que produce esta emoción. Sin embargo, gente que a priori no tendría por qué estar triste, puede generar un estado de tristeza si se deja llevar por pensamientos negativos erróneamente enfocados", explica.
Pautas para 'pensar bien'
Mila Cahue, nos da las claves para entrenar nuestro cerebro para ser más felices. "Primero, no dejarse invadir por pensamientos molestos. Si nos están indicando algo que hay que resolver nos pondremos manos a la obra; pero si son pensamientos vacíos que no sirven nada más que para hacernos sentir cada vez peor, hay que pararlos inmediatamente y dedicarse a tareas distractoras. El cerebro tiende rápidamente al equilibrio, es sólo cuestión de ayudarlo un poco. Tenemos que aprender a ver las situaciones desde distintos ángulos y determinar cuál es la que está más próxima a nuestros objetivos. Esto nos hará sentir mejor. Claro que también existen las personas que han aprendido que, siendo negativas y quejándose continuamente, consiguen la atención de todos los que lo rodean. Esto es un reforzador muy peligroso, cuidado.
Alimenta tu motivación
"Precisamente, enfocándonos en los resultados positivos que vamos a obtener tras un esfuerzo previo", dice Cahue. Probablemente también habrá cosas negativas que tendremos que resolver en el camino, pero la manera en la que perseveramos es no perder nunca de vista dónde queremos llegar, y en positivo", apunta. "Si el cerebro ve la meta 'en negativo', se da la vuelta o se planta. Depende de nosotros que enfoquemos correctamente y, cuando el cansancio u otras circunstancias nos hagan flaquear las fuerzas, seguir correctamente enfocados", señala. "Esta facultad hay que entrenarla, igual que cualquier otra habilidad, no se nace motivado, sino que se aprende, concluye.
El ¿peligro? de las redes sociales
Instagram, Twitter, Facebook… últimamente las redes sociales lo invaden todo. ¿Vivir pendiente de ellas nos quita felicidad o nos afecta emocionalmente? "Depende de cómo lo gestionemos", dice Cahue. "Todo está en nuestras manos; si nos hace infelices, o lo dejamos de utilizar, o cambiamos la manera en que lo estamos haciendo", apunta. Pero, continúa, "también son herramientas que aportan mucha felicidad e incluso nos proporcionan un buen entrenamiento social". "No hay que decirle que sí a todo el mundo, y podemos seleccionar mucho más fácilmente aquello que nos hace crecer y ser mejores, en lo que sea; no perdamos esta buenísima oportunidad", subraya.
Qué sabes sobre tu cerebro
Si no se conocen y utilizan ambas partes del cerebro de forma adecuada, el equilibrio es imposible. Cahue explica de una forma muy sencilla cómo es y cómo funciona nuestro cerebro:
El inconsciente: un piloto automático. Es la manera que tiene el cerebro de trabajar y dejar espacio suficiente en la parte consciente. Controla y dirige todas las funciones de nuestro organismo y también la mayor parte de las conductas que ayudan a cumplir ciertos objetivos.
La memoria: los armarios del cerebro. El cerebro cuenta con varios tipos de memorias: a corto plazo (permite retener la información durante un tiempo y es donde actúa la atención) y a largo plazo (donde se almacenan los recuerdos y se les otorga un significado).
La atención y la concentración: el periscopio. La atención es el mecanismo encargado de recoger y dejar (o no) entrar información en otras áreas del cerebro. Está al servicio de la conciencia. La concentración entra en juego cuando se necesita que la atención se mantenga durante más tiempo.
La imaginación: una alfombra mágica. Permite volar al pasado y traer al presente todas esas experiencias. Cuanto más positivos sean los recuerdos, más fuerte es la autoestima y la experiencia vital. También ayuda a proyectarse en el futuro y permite cumplir los objetivos.
La intuición: un mega-ordenador cuántico. Es una señal instantánea del cerebro para ofrecer cualquier tipo de información. Su lenguaje es muy simple: "o nos encoge el higadillo o nos hace relajarnos plácidamente".
La motivación: pilas recargables. Gracias a la motivación (si está cargada y bien enfocada) se pueden alcanzar las ilusiones y las metas. Se las valora no tanto en función de que sean buenas, sino principalmente en la medida en que lo parezcan o no a cada uno.
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