Viviste un tiempo en Estados Unidos, ¿qué te gusta de su cultura?

Encuentras una mezcla de razas buenísima, que viene desde hace muchas generaciones. Es admirable su sentido del espectáculo, porque tienen artistas que dominan el show a la perfección.

En tus inicios actuabas en Las Ramblas, ¿cuál es tu lugar favorito en Barcelona?

Vivo entre la Ciudad Condal y Madrid. Me fascina La Barceloneta, a veces me imagino aquí ya viejecito. Me encanta coger la bici y pasear por Las Ramblas, donde empecé a tocar y aprendí el oficio, así como a conectar con la gente.

Cuando vas de gira ¿te queda tiempo para visitar las ciudades?

Mi rutina es levantarme pronto y hacer promoción en la radio. Sin embargo, en Brasil aproveché un día libre y estuve conociendo las favelas de São Paulo.

¿Qué te vincula a los saharauis?

Tengo amigos y familiares muy involucrados en esta causa, que considero muy noble. Participé en el Festival Internacional de Cine del Sahara para dar a conocer la situación de los refugiados y fue una experiencia muy fuerte. Javier Bardem rodó una película que recomiendo, porque lo explica muy bien.

Has dicho “me mata de felicidad el sonido de los abetos”, ¿dónde los escuchas?

Amo este tipo de silencio, como el que siento al nadar, bucear o haciendo snow. Me fascina oírlo en la montaña, los Pirineos son preciosos, tanto el catalán como el aragonés, y los Picos de Europa.

Además del reggae de Bob Marley, ¿qué tipo de música te gusta?

Reggae y rumba son mis pilares, aunque me atrae mucho el rap. Yo compongo canciones sencillas, que no simplistas, con una letrita muy trabajada. Es algo muy bonito, pero hay que echarle horas.

¿Cuáles son tus autores favoritos?

Me he enganchado a Benedetti, Lorca o Sabina: he leído tres veces Ciento volando de catorce. Ahora estoy con Claraboya, un texto de Saramago.