El turismo micológico está en alza. Recoger setas permite realizar una actividad en plena naturaleza mientras disfrutas de un paseo, y además puede terminar con un rico regalo para el estomago. Pero es muy importante conocer ciertas normas antes y además saber a qué lugares es mejor acudir.

España cuenta con numerosas zonas muy propicias para la recogida de setas por sus condiciones climatológicas. En Soria los bosques de San Leonardo y Navaleo tienen una gran variedad. La Rioja también cuenta con dos importantes municipios con gran tradición micológica como son Ezcaray e Igea.

Dentro de Huesca, los mejores lugares son el valle de Aragüés de Puerto y la Selva de Oza mientras que en Málaga, el Parque Natural Sierra de las Nieves es uno de los mejores parajes de Andalucía para esta actividad porque su bosques reúnen más de 400 tipos de setas.

Navarra con la ruta de Unzúe, la comarca del Berguedá en Barcelona y las zonas de Pinares Llanos, Fuenfría y Lozoya, en Madrid son otros de los grandes focos para los amantes de los hongos dentro de nuestro país.

Además existen varios lugares especializados en la micología como el Centro de Navaleno en Soria, el Museo Micológico La Casa del Níscalo en Albacete o el museo de Rabanales en Zamora.

Consejos
Lo primero y más importante, es tener ciertos conocimientos para ser capaz de distinguir las setas con cualidades culinarias (Amanita caesarea, Boletus edulis, Cantharellus lutescens o Lactarius deliciosus) de las que son venenosas, como la Amanita Phalloides.

Nunca recojas ninguna seta si no tienes claro al 100% que es segura. Para informarte puedes acudir a un experto o a una sociedad micológica, pero no te fíes únicamente de las imágenes que encuentres en libros especializados o en Internet.

Informarte previamente también de si en la localidad donde vas a recolectar existe algún tipo de normativa, si necesitas algún permiso o si se permite únicamente una cantidad concreta.

Evita recolectar junto a carreteras, jardines públicos, minas, fundiciones, aeropuertos, incineradoras o zonas industriales porque las setas acumulan con mucha rapidez metales pesados y pueden estar contaminadas.

No las cojas si están muy maduras, en mal estado o si tienen larvas porque son indigestas y tampoco recolectes en grupo, debes hacerlo una por una para evitar confusiones.

Extrae toda la seta con el pie completo y límpiala lo mejor. No arranques la tierra o la madera donde vive porque será más difícil que vuelva a crecer.

Usa una cesta de mimbre pero nunca una bolsa de plástico. Facilitarás la dispersión de esporas y evitarás que las setas se descompongan. Llévate sólo las que necesites y respeta el resto de ejemplares, incluso las especies tóxicas.

Consume las setas que recojas lo antes posible y si no puedes hacerlo, puedes recurrir al desecado, pulverizado, congelado o su puesta en aceite para conservarlas.