Chichen Itzá (México)

Como no podía ser de otra manera, el gran centro de la civilización maya es todo un imprescindible a visitar antes de la temida fecha. En torno a este conjunto monumental y sus áreas cercanas, tendrá lugar del 20 al 23 de diciembre el festival Synthesis, con música y actividades que pretenden concienciar del verdadero significado del fin del calendario maya: el final de una era y comienzo de otra totalmente distinta, no del fin del mundo tal y como lo conocemos. Toda una inyección de positivismo en un escenario de lujo.

Cobá (México)

A pesar de la fama de Chichen Itzá, es en realidad en esta otra ciudad maya donde se originó el mito del fin del mundo. Aquí se encontró una estela de piedra grabada que representaba ciclos de tiempo, finalizando el último de ellos en diciembre de 2012.

Dejando de un lado las profecías, este conjunto de ruinas mayas en mitad de la selva es un destino de lo más interesante: su gran pirámide puede ser escalada, a diferencia de la de Chichen Itzá, y desde lo alto de ella tendrás una vista impresionante.

Finlandia

Durante los meses de invierno, en Finlandia puedes realizar una actividad insólita que merece la pena vivir al menos una vez: patinar sobre el mar helado de isla a isla. En el archipiélago de Aland, podrás cruzar el mar báltico, convertido en hielo, como forma de desplazamiento de una isla a otra.

Bugarach (Francia)

Este pequeño pueblo francés de menos de doscientos habitantes se ha hecho famoso en los últimos meses, ya que hay quien afirma que es el mejor destino del mundo para sobrevivir al Apocalipsis. ¿El motivo? Dicen que a la montaña Bugarach, próxima a la aldea, llegará el 21 de diciembre una nave espacial extraterrestre que salvará a unos pocos elegidos. Si finalmente los extraterrestres no acuden a socorrernos, siempre podremos hacer turismo por la región del Languedoc (si seguimos vivos, claro).

Berlín (Alemania)

Llegado el momento del fin, es probable que uno de los lugares más seguros para tratar de sobrevivir sea un búnker bajo tierra. El suelo de Berlín oculta toda una red de búnkeres visitables que fueron construidos durante la Segunda Guerra Mundial. La Asociación Berliner Unterwelten organiza visitas guiadas a estos espacios, a los que se accede a través de la estación de metro de Gesundbrunnen.