La capital más septentrional del mundo está a poco más de cuatro horas de avión desde España. Desde compras a gastronomía, estos son nuestros cinco motivos para conocer la ciudad de Reikiavik:

La luz del norte

Las noches frías y despejadas son el momento idóneo para disfrutar de uno de los fenómenos naturales más impresionantes: las auroras boreales. Islandia posee una localicación privilegiada para avistarlas. Además, en la capital podrás visitar el Aurora Reykjavik, un centro de interpretación muy completo sobre este fenómeno. La temporada perfecta para verla es a partir de septiembre, pero no te preocupes si viajas en verano: el sol de medianoche (época en la que el sol es visible las 24 horas del día) también es un espectáculo imprescindible.

Gastronomía

Conocer a fondo un lugar implica necesariamente degustar su gastronomía. Por eso, no debes perderte la islandesa: desde los deliciosos pescados (algunos tan sorprendentes como el tiburón) a las carnes, fundamentalmente el cordero. Además, la cultura de los cafés está muy arraigada en la zona y podrás encontrar algunos tan acogedores como el café Babalú o el café Mokka, el más antiguo de la ciudad. Así que no sufras: hay alternativas al tradicional hrútspungur, un plato a base de testículos de carnero macerados.

Turismo termal

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Una visita a Reikiavik no sería una visita si no se disfrutase de sus baños termales (por algo su nombre significa en islandés 'bahía humeante'). La tradición de las piscinas termales forma parte del estilo de vida de los islandeses. La famosa 'Laguna Azul' (en la foto), un gran lago geotermal de aguas azuladas, está a unos 40 minutos por carretera de Reikiavik y es todo un imprescindible. Sin salir de la urbe, la piscina de Laugardalslaug es la más grande y tiene zona para niños. La experiencia de sumergirse en el agua caliente en pleno invierno es inigualable.

Naturaleza

Desde las zonas de géiseres a los caballos islandeses, pasando por los valles y lagos, es imprescindible reservar parte del viaje para conocer el lado más salvaje de Islandia. Sin alejarte demasiado de la capital, puedes encontrar lugares que te dejarán sin habla, como el valle de Elliðaárdalur, con un río en el que podrás hasta practicar al pesca del salmón y la trucha (la temporada se extiende del 1 de junio al 31 de agosto). En la playa geotermal de Nauthólsvík podrás vivir la experiencia de bañarte en el mar a una temperatura de entre 20 y 35 grados. En verano, coje un ferry hacia la isla de Viðey, un remanso de paz en el que Yoko Ono instaló un monumento en honor a John Lennon: la 'Columna de la Paz', compuesta de varios haces de luz que se elevan hacia el cielo.

Compras

Reikiavik está plagada de tiendas de lo más vanguardista en cuanto a moda y diseño, así que reserva tiempo para hacer un poco de 'shopping'. Laugavegur y Skólavörðustígur son las principales calles comerciales. Allí encontrarás 'boutiques', tiendas de discos y libros y artículos de diseño islandés. Recuerda que, en Islandia, las tiendas suelen abrir de diez de la mañana a seis de la tarde de lunes a sábado. ¿Qué comprar? collares de lava pulida -algo exclusivamente islandés- o la 'lopapeysa', un jersey característico por su diseño, con un ancho círculo decorativo que rodea la abertura del cuello.