Para Elisa ha sido tu primer papel como protagonista. ¿Un paso adelante en la carrera?

Sí, es importante, y estoy muy contenta. En la película, soy Ana, una estudiante que acepta un trabajo de canguro para pagarse el viaje de final de carrera. A partir de ahí le cambia la vida.

Se adentra en un mundo de terror...

Sí, ¡sufre mucho! Antes de hacer este trabajo, no me gustaba mucho este tipo de género, y ahora sí. Como actriz he aprendido mucho con esta experiencia. 

Habéis rodado en Cuenca, ¿conocías ya este destino?

No, y descubrí una ciudad preciosa. La recomiendo a todo el mundo.

Pese a ser joven, ya has probado teatro, cine y televisión. ¿Con qué te quedas?
Cuando acabo de hacer teatro, ya quiero hacer cine, y al revés. De todo aprendes, y eso es lo más bonito de esta profesión: crecer con cada medio y cada personaje.

Ahora acabas de volver de otro rodaje, esta vez en México.

Sí, una experiencia fantástica. Estuvimos en México DF, una ciudad fuerte, con un tráfico horrible. Me enamoré del barrio de Coyoacán, donde vivió Frida Kalho. 

¿Pudiste hacer turismo por el país?Sí, cuando acabé el rodaje hice un viaje a la ciudad amurallada de Tulum y a la antigua ciudad de Teotihuacan. Me interesa mucho el legado maya. Creo que es una de las culturas más sabias que han existido. Sabían lo que era el contacto con la tierra, las reglas de la naturaleza... 

¿Qué otros lugares nos recomiendas?

Sin duda, las islas Baleares. De ellas, Formentera es mi preferida. Vuelvo cada dos años. Tiene un magnetismo muy especial. Dicen de ella que su energía te atrae, y es cierto. Hace ocho años me trasladé aquí unos meses: vivía en los bosques, dormía en la playa... Fue increíble. 

Descúbrenos algún secreto de la isla.

La cala casi virgen de Caló des Morts, un sitio para perderse. También el Cap de Barbaria, el punto más al sur de las Baleares. Es el faro que aparece en las imágenes de Lucía y el sexo, ¡una película que siempre me ha encantado!

¿Algún rincón en Europa?

La Selva Negra, en Alemania, y el barrio de Montmartre, en París, que tiene un ambiente increíble. Aunque reconozco que me gustan más los pueblos pequeños que las grandes ciudades.

¿Te van los viajes de aventura?

No, tirarme en parapente no es lo mío. Mi frase es: No tengo ninguna necesidad. Yo soy más de viajes largos. No me gusta ir a los sitios sólo cuatro días y olvidarme de ellos. Prefiero documentarme, ver cómo vive la gente del país...