De pelo
El alfarero Chez Galip decidió hace 30 años crear en Cappadocia (Turquía) el Museo del cabello. Empezó con una muestra que le regaló una amiga para que la recordara y ya ha llegado a las 16.000 muestras que cubren la totalidad de la cueva que las alberga. Todas están identificadas y sólo se admiten donaciones femeninas.

De saleros y pimenteros (en la imagen)
España no se libra de los museos raros y cuenta con más de uno. Uno de los más peculiares es el Museo de saleros y pimenteros de Castell de Guadalest, en Alicante. Su propietaria, Andrea Ludden, ha reunido en 25 años la increíble cifra de 20.000 saleros y pimenteros. Desde pájaros, gallinas, perros o gatos, hasta astronautas y lavadoras, todo vale si es en forma de estos utensilios de cocina. A falta de uno, en Estados Unidos, más concretamente en Tennessee, también hay otro museo de saleros y pimenteros.

De orinales
No abandonamos España y nos trasladamos a Ciudad Rodrigo, en Salamanca, y a su Museo del orinal. Desde que José María del Arco lo creara en 2006, ha conseguido una colección de 1.320 piezas de 27 países diferentes entre orinales de todo tipo y escupideras.

De collares de perro
El amor de Lady Baillie por los perros le llevó a crear un museo de collares de perros. El castillo inglés de Leeds Castle contiene más de 100 piezas, algunas incluso del siglo XV y XVI, y recibe casi medio millón de visitas al año.

De máquinas para cortar el césped
Si te apasiona cortar el césped, vete preparando una visita al British Lawnmower Museum, o lo que es lo mismo el Museo de las cortadoras de césped. También se encuentra en Inglaterra y tiene modelos históricos, los más caros, de personajes famosos como Diana de Gales y, además, toda la información sobre la historia de esta herramienta para el jardín.

De muñecos ventrílocuos
Los muñecos de los ventrílocuos dan un poco de miedo, admitámoslo. Pues imagina un museo repleto de más de 700 de ellos. Esto es lo que podrás ver, o no, en la ciudad de Fort Mitchell, Kentucky. Además hay una gran colección de libros, imágenes y posters. El nombre del dueño también es bastante peculiar, William Shakespeare Berger.

Del agua corriente
Aunque parezca mentira, existe un Museo del agua corriente, nada más y nada menos que en la capital china, Pekín. Información sobre el líquido elemento, modelos de grifos, filtrados de agua... Toda una diversión.

De parásitos
Pues sí, hasta ellos tienen un museo y lo tienen en Tokio. Además de contener unas 300 especies, también se realizan labores de investigación. Su 'obra' más especial es un parásito de 10 metros de largo.

De calcetines
Si existe un lugar al que se vayan los calcetines que se pierden en la lavadora, seguro que es Japón. También en Tokio existe el Museo del calcetín, con más de 20.000 ejemplares que van del más grande, al más largo hasta uno que se calienta con pilas.

De basura
Famosa, eso sí. En este museo de Boston no dudan en rebuscar en los cubos de basura de los famosos para exponer objetos de todo tipo de las celebrities. De lo más interesante.