Son muchas las parejas que quieren retomar los viajes tal y como eran antes de la llegada de los niños pero no se atreven por miedo, remordimientos, etc. Viajar dejando a los niños en casa puede ser positivo para ambas partes y no tiene porque ser una experiencia traumática.

Una inyección para vuestra relación
Escapadas románticas, destinos exóticos, patearte una ciudad desde que sale el sol hasta que se pone… Si todo esto no sucede en tu relación desde la llegada de los niños, es posible que necesites buscar la oportunidad de hacer un viaje como antes de ser papás. No hay duda de que las relaciones necesitan su tiempo, y eso a veces eso quiere decir pensar sólo en el otro, y no en toda la familia.

Tiempo también para ti
Al volver a viajar con tu pareja también es más fácil tener momentos para uno mismo y disfrutar de lo que más nos guste en los viajes: leer un buen libro en la playa, visitar esa exposición que tienes tantas ganas de ver, cenar en el restaurante de moda en la ciudad y después tomar unas copas sin mirar el reloj.

¿Y los niños?
La parte positiva no es sólo para los padres, sino también para los niños. Con estas separaciones temporales los pequeños de la casa aprenderán a ser más independientes y a desenvolverse sin papá y mamá. Evidentemente cuando son pequeños todavía es necesario dejarlos al cuidado de alguien (abuelos, padrinos, tíos, amigos de la familia, etc.), pero esto también ayudará a que los niños y las personas que se queden a su cargo tengan tiempo para estrechar lazos con sus propias actividades y rutinas.

Consejos
-Lo más importante es no hacer un drama. Elige los días que vais a estar separados en función de la edad de tus hijos, de las necesidades de la persona que los cuide, etc. Empieza poco a poco e intenta no estar pensando constantemente en que algo va a salir mal, tómatelo con calma. Los accidentes también pueden ocurrir cuando estés tú delante y seguro que la persona que esté con ellos intentará resolver cada acontecimiento de la mejor manera posible.

-Busca a la persona adecuada para que cuide de tus hijos y, si es posible, alguien más que pueda echar una mano. No es aconsejable dejar los niños con una persona que no conozcan mucho y que no sepa cuáles son sus costumbres. Además conviene tener a otra persona al tanto de la situación, por ejemplo si se quedan con los abuelos avisa también a algún tío u otro familiar que pueda pasarse de vez en cuando para dar un respiro a los cuidadores principales.

-No cambies demasiado las rutinas diarias de los niños: actividades, horarios, menús de comida, etc. Pero también procura pensar en algún plan especial que puedan hacer en estos días que van a estar sin vosotros. Así les ayudarás a comprender que pueden divertirse por su cuenta y ellos también tendrán algo que contarte cuando os volváis a reunir.

-A la hora de decidir si se quedan en su casa o si los niños se van al domicilio de la persona que los va a cuidar, ten siempre en cuenta cual es la opción más cómoda para todas las partes. Si lo niños se quedan en casa, pon al tanto al cuidador de donde esta cada cosa y de que como soléis hacer todo normalmente. Si por el contrario los niños se van, prepara todo lo que les pueda hacer falta.

-Explícales a tus hijos que esta situación sólo es temporal y que no va pasar nada malo mientras estéis separados. Al contrario, refuerza su aptitud diciéndoles que ya son mayores y que sabes que pueden estar unos días sin vosotros.

-Intenta que la despedida sea corta y en la intimidad. Si la extiendes demasiado parecerá que le das más importancia de la necesaria y confundirás al niño. Es mejor no llevarles al aeropuerto, ni a estaciones de tren, etc. En casa será más cómodo para ellos.

-Llámales para comprobar que todo van bien pero sin pasarte. Una vez al día es suficiente y si por lo fuera un día no puedas ponerte en contacto con ellos, que no cuando el pánico. Ya lo harás en cuanto te sea posible.