1. No toques ninguna hoja, rama o similar sin preguntar antes al guía. Muchos animales solo pueden clavar su aguijón si logran engañar a sus víctimas con un inocente camuflaje.

2. Los tobillos, a ras de suelo y con gran concentración de sangre son un plato delicioso para serpientes, ranas y arañas. En la selva, siempre con bota cerrada hasta el tobillo y, si puedes, ponte unas botas de goma de caña alta.

3. Plancha la ropa antes de ponértela o métela en una secadora. El calor y la humedad que provoca secar la ropa al sol es un ambiente idóneo para que muchos insectos pongan sus huevos. 

4. Caliente y en botella. Ya sabes que no hay que comer en puestos callejeros y que el agua y los refrescos deben estar embotellados pero, ¿y el hielo? ¿Crees que lo hacen con agua mineral? No lo dudes: mejor, del tiempo.

5. Ojo con los baños sobre todo en lagunas y aguas estancadas, como manglares. Son escenarios idílicos pero también el hábitat de numerosos parásitos que puedes traerte en tu cuerpo. En los ríos, ojo con las pirañas y otras especies si tienes heridas abiertas.