El 14 de julio de 1865 el escalador británico Edward Whymper alcanzó la cota más alta (4.478 m) de la gigantesca montaña piramidal que comparte la frontera italo-suiza. En la hazaña perdieron la vida cuatro de los siete montañeros, y desde entonces las aristas del Matterhorn siguen siendo muy codiciadas –cada año intentan ascenderlo 3.000 alpinistas– y, probablemente, sea uno de los perfiles alpinos más fotografiados de todos los tiempos.

De la doble nacionalidad del pico provienen sus nombres: Cervino y Matterhorn. La etimología de la última es muy representativa, pues significa “cuerno del prado”.

Te harás una idea de la historia de los exploradores y de la conquista de esta cumbre en el Museo Matterhorn, ubicado en Zermatt. Esta localidad suiza se vuelca en los festejos del 150 aniversario y dedica una semana completa, del 10 al 18 de julio, al evento. Nos llama la atención en especial el Winkelmatten Village Festival (11 de julio), que recreará la vida cotidiana de esta población en el año 1865. 

Uno de los hits del año tendrá lugar el 9 de julio con la première de la obra de teatro La Historia de Matterhorn, que se representará al aire libre hasta el 29 de agosto.  

Estuve aquí

Hazte una foto ficticia escalando el pico con el Matterhorn Whymper Pass (94 euros): con refresco, ida y vuelta en el tren de Zermatt a Gornergrat, placa de montañero y recuerdo de 1865.

De noche

Imagina cenar sobre las nubes. Por 83 euros lo harás, viajarás en tren y observarás la iluminación de la montaña. Además, el 13 de julio se recreará la primera senda de ascenso con una ristra de antorchas.  

Recuerdo

El 12 de julio un acto recordará a los escaladores anónimos y harán una visita al cementerio de alpinistas.