1 El arte de los nurágicos te impresionará, tanto por su origen desconocido como por la belleza de sus construcciones, casi perfectas a nivel arquitectónico. Si puedes, visita los yacimientos de Barumini: espectaculares.

2 El idioma no tiene mucho que ver con el italiano; si eres italoparlante, te entenderán, pero tú a ellos no, aunque harán lo posible por comunicarse contigo. El sardo es una lengua románica con una gran influencia del catalán, sobre todo en Alghero y la zona norte. 

3 La gastronomía es mediterránea, variada y sabrosa. Si te gusta el queso estás en un paraíso lleno de variedades de oveja. Prueba también los embutidos –como el jamón de montaña–, los culurgioni –ravioli de requesón y acelgas– y la botarga: las huevas de salmonete secas que alegran casi todos los platos.  

4 El interior esconde muchas sorpresas. Aprovecha que la isla tiene un tamaño accesible y buenas carreteras y lánzate a explorar las zonas menos turísticas. Nos gusta el ambiente de Oristano y el entramado de casitas de colores de Bosa, sobre el río Temo. 

5 Las grutas son impresionantes, tanto si las ves desde el acantilado como si entras en ellas desde el mar. No te pierdas el bosque de estalactitas de la Gruta di Neptuno y la del Bue Marino, accesible en barca, desde 8 euros.