El 24 de septiembre celebró en Madrid la cuarta convocatoria de Womenalia Inspiration Day, el mayor evento para mujeres profesionales en Europa, con más de 1.500 asistentes y 25 ponentes. 

¿Da vértigo ser el alma mater del evento?
Tengo un equipo tan bueno, y  los asistentes acuden tan entregados, que esta cita fluye sola y todos somos de alguna forma protagonistas. Lo ensayamos e invertimos miles de horas para que salga todo perfecto, y al final conseguimos sacar lo mejor de cada persona.

México es una de las apuestas internacionales más importantes. ¿Qué es lo que más te gusta de este país?
Definitivamente me quedo con su gente, en lo personal y profesional. Están extraordinariamente preparados, te abren sus puertas y se muestran dispuestos a invertir en este tipo de empresas para entrar en LATAM. Resultan muy abiertos, amables, serviciales, te hacen sentir de verdad como si estuvieras en casa, y aún mejor. Tengo mucha suerte de poder trabajar en este lugar con gran parte de mi tiempo.

¿Cómo va la experiencia en Colombia y Estados Unidos?
En Colombia también tenemos una oportunidad muy interesante. Los colombianos, aunque diferentes a los mexicanos, también son extraordinarios y estamos deseando abrir esta opción. En cuanto a los países anglosajones, queremos lanzarnos primero al mercado de Gran Bretaña, porque la entrada en Estados Unidos es muy estratégica, hay que estar muy bien preparados y tener mucho dinero en el banco.

De los países que has conocido, ¿dónde consideras que las mujeres han logrado los objetivos de Womenalia?
Conozco solo Europa y América, del resto del mundo poco. Las mujeres estamos más o menos en la misma situación, pero podríamos decir que los diez mejores lugares son: Islandia, Noruega, Australia,  Canadá, Irlanda, Suecia, Suiza, Japón, Holanda y Francia. Y los peores, en mi opinión, son Afganistán, República Democrática del Congo, Irak, Nepal, Sudán, Guatemala, Malí, Arabia Saudita, Somalia y las poblaciones fronterizas que se encuentran entre los territorios de  Pakistán y Afganistán.

¿Por qué el libro Milagro en los Andes, de Nando Parrado, cambió tu trayectoria vital y profesional?
Fui a la conferencia con mi hijo Mario. Ya me habían hablado de Nando Parrado y era un tema que siempre me había provocado curiosidad: cómo un grupo de deportistas pudo sobrevivir en la montaña durante 75 días en una situación extrema. Fue un gran impacto, leí el libro en un fin de semana y me hice la gran pregunta: María, ¿lo que estás haciendo actualmente es lo que quieres hacer el resto de tu vida? La respuesta fue no.  Decidí irme de mi empresa, dediqué un año sabático a mi familia y pensé que quería trabajar en un proyecto que cambiara el mundo, lo que se llama emprendimiento social, que es lo que estoy haciendo. A los 3 meses ya estaba a tope, rellenando miles de folios con ideas y estudiando la materia. Un cambio radical.

Has vivido una temporada en Bruselas, ¿cuál es tu rincón favorito? 
El Bois de la Chambre. Me gusta especialmente esa zona, porque es una ciudad donde llueve 300 días al año, así que cada vez que salía el sol íbamos allí a pasar el día. La zona que circunda la Grand Place también es una maravilla, y se come muy bien.

Después de pasar 4 años sin vacaciones. ¿Dónde te apetece descansar?
El norte, Pedreña o Llanes, resulta perfecto por la combinación de playa, mar, río y montaña. Vamos una semana todos los años. A mi familia le gusta más el calor y viajamos a Jávea y Menorca, desde luego dos sitios increíbles.

Si haces una pequeña escapada con tus hijos te gusta ir a...
Sin pensarlo voy a un paraje con bosque y montaña para practicar deportes de riesgo.

Tienes afición por la ópera, ¿en qué teatro has tenido la oportunidad de ver el mejor espectáculo que recuerdas?
Turandot, que disfruté en la madrileña Plaza de las Ventas, fue espectacular. No es mi obra preferida de Puccini, porque sería Madame Butterfly, pero resultó una superproducción increíble.

¿Nos descubres en qué bosque de nuestra geografía te gustaría perderte?
Roncesvalles, sin duda, me trasmite mucha energía. Es impresionante.