La actriz está entusiasmada con su trabajo en el Teatro Español de Madrid sobre un clásico, El burlador de Sevilla, y vive con gran alegría el éxito de audiencia que cada martes pega a la pantalla a los televidentes para seguir la trama de Mar de Plástico (Antena 3). 

Este thriller tiene un rumboso plantel de actores. ¿Qué hay de diferente en la serie?
Un guión sólido, y bien elaborado, que se desarrolla en un pueblo imaginario: Campoamargo. Se ha fotografiado en la Almería de los invernaderos y las fincas de aceite, con esa luz digna de los westerns que aquí se rodaban.

¿Y cómo fue el montaje sobre Don Juan?
Ha sorprendido mucho. Darío Facal es uno de los directores teatrales más talentosos y creativos de este país. Solo puedo decir que es un bello espectáculo y que hemos llenado la sala.

No paras de trabajar. Cuando sales por Madrid, ¿cómo te relajas?
Soy amante de la comida mexicana, de su picante y el mezcal, y he encontrado excelentes micheladas y mole poblano en el DF Bar, en el Barrio de las Letras. El otro rincón secreto al que suelo escaparme a leer o estudiar es un jardín mágico, y que poca gente conoce, en la calle Lope de Vega. Si vas, ¡salúdame!

Eres profesora de bikram yoga, ¿en qué lugar conectas contigo misma? 
En Calblanque (Murcia), un parque natural para caminar, practicar buceo o yoga. También me gusta el norte de España, la sierra de Madrid o las islas.

Como vegetariana, ¿nos indicas un restaurante con productos de la huerta?
En mi ciudad, Murcia, nunca fallan El Churra, El Salzillo o Los Churrascos. Tomad verduras a la plancha, el tomate partío, las alcachofas hervidas o un arroz de verduras (sin bacalao). 

Eres una lectora recalcitrante, ¿alguna sugerencia sobre libros de viajes?
Mi experiencia es que un mismo sitio tiene tantas experiencias y perspectivas como personas lo visitan. Me gusta dejarme influenciar por escritores a los que admiro. Clásicos como Flaubert, con Cartas a oriente o Cartas de Egipto, y también inspiran los escritos de Carlos Castaneda cuando vuelo a México o Marlo Morgan, con Las voces del desierto, que retrata el desierto de Australia. 

En tu visita a Austin descubriste la biblioteca de Harry Ranson Center. ¿Por qué consideras que hay que visitarla?
Es una institución en Estados Unidos. Fue fundada en 1957 y su vocación es poner al alcance de cualquier persona el proceso creativo de grandes autores. Tienen la colección personal que Gabriel García Márquez guardaba en su casa de México DF, el primer borrador de Watt, de Samuel Beckett, y cuatro versiones distintas del principio de Vida y época de Michael K, de J. M. Coetzee. Otras joyas son el primer folio de Shakespeare o un archivo completo de James Joyce. Pero, lo que más me impactó fue el guión de Robert de Niro para Taxi driver, con las anotaciones del actor, que son los pilares de su interpretación. Además, Austin es un lugar diferente, la gente es amable y cariñosa, hay muchos conciertos a diario y respetan el medio ambiente. Está llena de comida orgánica y vegetarianos. 

Eres asidua al Festival Málaga, ¿tiene esta ciudad un idilio con el cine?
Sí, por su clima y los malagueños, que se entregan con pasión al evento. Además, es la primera escapada a la playa después del frío invierno, y espetos y cañas lo hacen un destino más perfecto.

Pasaste un tiempo en Edimburgo. ¿Qué no podemos perdernos aquí?
Es apasionante, recuerdo su ambiente bohemio con músicos, pintores o escultores de todo el mundo. Durante el festival de teatro Fringe casi todas los edificios se abrían para estrenar obras en salones privados. Además, añoro los manjares de los farm markets, los mercadillos gigantes de segunda mano en edificios en ruinas o los jardines escondidos de la ciudad.