25 planes para que elijas tu carnaval
Descarados, ancestrales, provocadores… Decídete por alguna de las muchas formas que se practican en España para celebrar la victoria del exuberante Don Carnal sobre la austera Doña Cuaresma, elige un disfraz para vivir la fiesta y ¡a divertirte!
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA. Disfrazar a todos, ¡todos!
La ciudad entera se echa a la calle para celebrar uno de los carnavales más famosos de España. Los actos son gratuitos –excepto la gala de la Reina y la Drag Queen y la preselección Drag– y se celebran en el parque Santa Catalina, con la envidiable temperatura que se disfruta habitualmente en Las Palmas de Gran Canaria. Entre murgas, comparsas y concursos de maquillaje corporal, las actividades más populares en los últimos años son la Gala de la Integración –el 13 de febrero, con personas con discapacidad– y el Carnaval Canino, en el que desfilan numerosos perros disfrazados junto a sus dueños.
TENERIFE. Vivir en una gran fiesta
El segundo carnaval más importante y conocido del mundo, después del de Río de Janeiro, convoca cada año a miles de personas que se divierten en una doble fiesta: la oficial y la de calle. La primera cuenta con más de 100 murgas, comparsas, rondallas, etc, mientras que la callejera apuesta por la música electrónica en este colorido carnaval de Tenerife, de Interés Turístico Internacional.
ALMIRUETE. Jugar entre ‘botargas’ y ‘mascaritas’
En esta localidad de la sierra de Guadalajara el carnaval empieza el sábado, cuando los mozos se visten en un lugar secreto con una colorida careta para disfrazarse de botargas. A media tarde, desfilan al son de sus cencerros por las calles de Almiruete hasta encontrarse con las mascaritas, la parte femenina y delicada de este curioso carnaval. Cada mascarita se empareja con un botarga y arrojan pelusas y confeti como símbolo de fertilidad. Mientras, en la plaza hay bailes con otros personajes, como la Vaquilla y el Oso con su Domador, que se empeñan en asustar a los asistentes. Por la noche, botargas y mascaritas visitan las casas pidiendo el somarro –comida–, que degustarán a solas, en un lugar secreto.
SANTOÑA. Llenar el norte de color
Esta fiesta, declarada de Interés Turístico Nacional, cuenta con un concurso de murgas y numerosas actividades, pero una de las más representativas desde que la celebración fue recuperación en Santoña, en 1982, es el Juicio en el fondo del mar. El argumento recoge el de una de las últimas murgas celebradas en la localidad cántabra, en 1934, que hablaba de un besugo que raptó a una sirena y fue juzgado duramente en el océano. En la actualidad, se sigue representando y es el punto clave de esta fiesta con sabor marinero.
CÁDIZ. Reírte con las chirigotas
A últimos de enero, los muros del Gran Teatro Falla de Cádiz ya empiezan a temblar ante lo que se le viene encima: más de un mes de carnaval entre los 11 días oficiales, actos gastronómicos, etc de unas fiestas que, junto a las de Tenerife, son de Interés Turístico Internacional. ¿El momento más esperado? Los concursos de chirigotas, comparsas, coros y cuartetos que compiten con un estricto reglamento que marca instrumentos aceptados, tipos de coplas… y revisan la actualidad en clave de humor.
SOLSONA. Pasear entre gigantes
Más de 50 actos se concentran en estas fiestas en Solsona, donde cobran identidad propia. Destacan el desfile de La Familia Loca, cuatro gigantes que intentan golpear a los asistentes con sus brazos móviles. Otro momento único es la colgada del burro: se revive una tradición popular –hoy el animal es de cartón piedra– en la que al subir a un burro a un campanario, éste se orinó sobre los asistentes. Para terminar: merienda de higos, torta y vino blanco.
ÁGUILAS. Luchar contra Doña Cuaresma
La plaza de España de la localidad murciana de Águilas es el escenario donde tiene lugar una incruenta batalla entre dos pesos pesados del carnaval: Don Carnal y Doña Cuaresma. Tras la lucha –que se desarrolla el sábado y en la que se usan como armas miles de cascarones de huevo rellenos de confeti– ambos personajes se enzarzan en una lucha dialéctica. El vencedor es Don Carnal y, a partir de este momento, comienza una desenfrenada fiesta. Antes, la Musa del Carnaval hilvana su pregón desde el balcón de los sueños y da paso a un buen número de desfiles, bailes, actuaciones de murgas…
CERLER. Esquiar con antorchas
Las pistas oscenses también se unen a las fiestas carnavaleras en Cerler con un programa que cada año engancha más a los aficionados al deporte blanco. Esta temporada habrá música, diversión para todos y cientos de disfraces que pondrán la nota de color en este dominio, uno de los favoritos para el esquí alpino. Como fin de fiesta, el 19 de febrero tendrá lugar la ya tradicional bajada de antorchas desde Cota 2.000 en el telesilla El Molino, para terminar con una multitudinaria chocolatada.
LOGROSÁN. Asistir al entierro de la sardina
El pueblo entero de Logrosán se vuelca en la organización de estas fiestas –entre las más vistosas de toda la comarca– con varios concursos y desfiles de carrozas en los que participan agrupaciones de localidades vecinas. El punto álgido es el domingo de Carnaval, con un hervidero en las calles de esta localidad cacereña que acompañan a la colorida comitiva hasta la plaza de España. Otro momento esperado es el miércoles, día en que se celebra el entierro de la sardina y en el que todos, lugareños y forasteros, participan en una multitudinaria sardinada regada con vinos de la tierra.
TOLOSA. Desayunar en pijama
Música, charangas, desfiles de carrozas y comparsas, gigantes y cabezudos, actuaciones en la plaza Euskal Herria y la Plaza Nueva… Hasta ahí, los carnavales guipuzcoanos de Tolosa no difieren de los que se celebran en otros puntos de España. Incluso puedes encontrar algo parecido a su sokamuturra –toro ensogado– y sus toros embolaos, uno de los platos fuertes de estas fiestas. Pero lo que distingue estas jornadas es la tradición de salir a la calle en pijama para desayunar y celebrar el domingo de carnaval, una costumbre a la que todos están invitados.
SITGES. Unirse al ‘ambiente’
Durante una semana, esta villa costera de Barcelona se tiñe de color bajo el gobierno de Carnestoltes –el Rey de los Poco Vergüenzas– y la reina del Carnaval. Son días de desfiles, disfraces y juerga en los que no faltan las xatonadas –platos de xató, una típica ensalada de la zona con pescado y salsa romesco– que elaboran las peñas para reponer fuerzas. A la transgresión y el colorido típico de estas fiestas se unen también los distintivos habituales de Sitges, uno de los destinos estrella de la comunidad gay, que en estas fechas organiza el Sitges Gay Carnaval.
HERENCIA. Evitar los latigazos de Perlé
El 11 de febrero a las 23,30 h, en la plaza de España de la localidad manchega de Herencia, en Ciudad Real, el Sábado de los Ansiosos dará inicio a uno de los carnavales más madrugadores del país, que continúa con el Domingo de las Deseosas. Después vendrán los desfiles, con personajes exclusivos de la villa. No te pierdas las parejas de jinetas –representantes de un gremio: panaderos, comerciantes…–, los gigantes y cabezudos que abren la comitiva y, sobre todo a Perlé, una figura burlesca vestida con una especie de pijama a rayas, que persigue a la chiquillería con su látigo.
TARAZONA DE LA MANCHA. Disfrutar en la ‘Mascaruta’
Del 18 al 26 de febrero se celebran los carnavales en esta divertida localidad de Albacete, aunque con algunas excepciones. Por ejemplo, aquí en Tarazona de la Mancha el Miércoles de Ceniza y el jueves no se suelen celebrar, para coger fuerzas y seguir la fiesta el viernes. Además, te gustará el desfile de la Mujer Carnavalera y el Día de las Mascarutas –concentración de máscararas–, que precede al Domingo de Piñata y su desfile.
MADRID. Asistir a un elegante baile de máscaras
Una de las fiestas carnavalescas con más arraigo de la capital es la que celebra cada año el Círculo de Bellas Artes de Madrid. La sede, situada en plena Gran Vía, abre sus espacios más refinados –el Salón de Baile, la Sala de Columnas y la Pecera– el 18 de febrero, para su tradicional baile de máscaras. El contraste entre el lujo de estos salones y el vestuario de los asistentes –este año, las entradas costarán 40 euros– con el de la música tecno es uno de los alicientes de la jornada que, en esta edición, tendrá como lema inspirador Brasil.
ISLA CRISTINA. Festejar el fin del invierno
Nació para celebrar el fin de la temporada de pesca en Huelva y encontró en el entierro de la sardina una excusa para gozar del desenfreno antes de la austeridad del siguiente año. Pero el apoyo de los habitantes de Isla Cristina a este carnaval –incluso en la dictadura, cuando cambió su nombre por el de Fiestas Típicas de Invierno– lo ha convertido en uno de los más antiguos y famosos de España. También es uno de los más largos, con tres semanas de fiesta que concluyen en el Domingo de Piñata.
LANTZ. Perseguir a Miel Otxin
El plato fuerte del carnaval rural de Lantz, en Navarra, es la lucha entre el bien y el mal, entre el bandido Miel Otxin y el pueblo, que le persigue hasta capturarlo. Por la noche, este muñeco de 3 m de alto y llamativos colores, será juzgado y quemado en la hoguera. También verás otros curiosos personajes en el desfile, como el Ziripot –un hombre con sacos rellenos de heno–, el Zaldiko –un caballo bravío que arremete contra él e intenta escapar de los arotzak (herreros)– y los txatxos, que hostigan a los presentes.
VALVERDE DEL CAMINO. Vestirse de ‘bobo’
Aquí hay comparsas, tríos y muchas más formas de agruparse para ironizar sobre el panorama actual. Pero años atrás, los participantes del este carnaval onubense de Valverde del Camino se vestían de bobos, esto es: de forma que nadie supiera quiénes eran. Así, iban visitando a sus vecinos y divirtiéndose al ver que nadie los reconocía.
BIELSA. Escapar de las ‘trangas’
De cerca asustan, pero –a pesar de ir con piel de cabra y cuernos– las trangas del carnaval de Bielsa están asociadas a ritos paganos de fertilidad. Otros personajes clave de esta fiesta de Huesca –una de las más antiguas de España– son las madamas –señoritas–, el Oso, el Domador y el Amontato, una grotesca vieja que lleva a un hombre a sus espaldas. Además, cuenta con un muñeco de paja que es quemado al final del carnaval: Cornelio Zorrilla.
VILLARROBLEDO. Reírse de uno mismo
Declarado de Interés Turístico Nacional, este carnaval albaceteño es, junto al de Tarazona, el más importante de la provincia. Para comprender la esencia de las fiestas carnavaleras de Villarrobledo ven de noche y pasea por la llamada Zona de las Cuatro Esquinas donde, de forma improvisada, surgen los diferentes espectáculos y parodias. Una de las más divertidas es la Noche del Orgullo Manchego, en la que los villarrobletanos se burlan de sus propias costumbres.
VALDEZCARAY. Esquiar vestido de bruja
El carnaval se viste de blanco en estas pistas riojanas, situadas en las laderas del Monte San Lorenzo, cumbre de la sierra de la Demanda. A su buena oferta de esquí alpino, Valdezcaray añade una sabrosa gastronomía y una agenda repleta de actividades. En febrero, las fiestas de carnaval monopolizan este dominio llenando las pistas de colores, disfraces, música y el ya clásico concurso de bajadas con payasos, brujas, gallinas… Además, el bar El Refugio invita a caldo y El Fresquito, a sangría.
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