ELLE participa en varios programas de afiliación de marketing, lo que significa que ELLE recibe comisiones de las compras hechas a través de los links a sitios de los vendedores.
Málaga. Cada día más guapa
Si antes era destino de un día o lugar de paso a otras zonas de la costa, hoy la capital malagueña ofrece cada vez más razones para conocerla a fondo: nuevos museos, una marina radiante, playas con mucho ambiente y un tapeo inagotable. ¿Necesitas más motivos para quedarte?
Un paseo por el centro
Su luz, sus playas de arena blanca, su pescaíto frito y su suave clima han atraído más al turista extranjero que al español. Pero, en los últimos años, Málaga se ha puesto a la altura de cualquier ciudad europea y hoy presume de museos. Los últimos en llegar –el Carmen Thyssen y el Automovilístico– se suman a la ruta picassiana mientras esperan la apertura de uno más: el de Bellas Artes y Arqueológico.
Su otro fuerte, el mar, luce un animado puerto tras la inauguración de las zonas de ocio de El Palmeral de las Sorpresas y el Muelle Uno.
En un paseo por el casco histórico de Málaga es inevitable pasar por su peatonal calle Marqués de Larios, centro neurálgico de la ciudad, con tiendas, mimos, músicos callejeros, vendedores de almendra tostada y locales míticos, como la heladería Casa Mira, de 1890. Llegarás a la plaza de la Constitución, y sus portadas de prensa que anuncian la aprobación de la Carta Magna, en 1812, y a la fuente renacentista de Génova, que por fin se ubicó en este lugar tras vagar de un lado a otro de la ciudad.
La peatonalización del centro ha embellecido la ciudad, una transformación que se prevé extender a las calles al sur de la catedral y la Alcazabilla, frente al teatro romano y la Alcazaba árabe.
Para visitar este palacio-fortaleza, cuyas murallas se adaptan al ondulante cerro en el que se construyó, comienza por la parte alta. El ascensor de la calle Guillén Sotelo, detrás del Ayuntamiento, te elevará a la entrada superior (2,20 euros). Una vez dentro, descenderás a través de estancias, arcos, decoración nazarí, hermosas vistas, jardines con fuentes…
A la salida te espera la estampa, al aire libre, del teatro romano a los pies de las murallas. Si prefieres visitarlo (de miércoles a domingo, de 10 a 14 h. Gratis), verás al detalle los restos de la orquesta, de la cávea e incluso del vomitorium. En verano se organizan interesantes visitas nocturnas.
Café cantante y tapeo
Por el centro, encontrarás rincones como el pasaje de Chinitas, donde se hallaba el famoso café cantante del mismo nombre, ahora cerrado y cuya placa recuerda los versos de Federico García Lorca que lo hicieron inmortal.
También verás numerosos bares de tapas, desde los más nuevos, como Manzanilla (Fresca, 12), del chef de Lamoraga, Dani García, hasta otros con muchas historias, como El Pimpi, un clásico con 42 años a sus espaldas. En su interior hay desde patios con macetas a salas semiprivadas destinadas a tertulias literarias: ya en los años 70 se celebraban los viernes de Gloria, con escritores como Antonio Gala o Gloria Fuertes. Incluso la baronesa Carmen Thyssen tiene aquí su rincón favorito. Prueba sus migas de pescado, el helado con aceite de oliva y, por supuesto, los boquerones fritos.
La Catedral –conocida como La Manquita ya que tiene una torre incompleta– conserva valiosas obras de arte, como La Pietá, escultura de los hermanos Pissanis y La decapitación de San Pablo, pintura de Enrique Simonet.
De paseo con Picasso
Pero el gran eje de Málaga es Picasso, que nació aquí en 1881. Muchos son los guiños de la ciudad al genial pintor. Su museo, dedicado a su obra artística, no es ni el único en el mundo ni el más extenso, pero sólo aquí puedes visitar su Casa Natal (3 euros), en la plaza de la Merced. La ruta picassiana continúa por distintos lugares del centro histórico donde pasó su infancia y culmina en el Museo Picasso, con una selecta colección de distintas etapas de su obra (entrada: 6 euros).
Termina el paseo artístico en el museo Carmen Thyssen, inaugurado hace menos de dos años y con una bella colección de arte español del siglo XIX, especialmente de pintura andaluza (6 euros).
Para conocer el corazón popular de la ciudad, paséate por el mercado de las Atarazanas, Disfrutarás de su ambiente de barrio, entre boquerones, cañaíllas (caracoles), aceitunas y otros ricos productos locales, en un edificio cuya reciente restauración le ha devuelto parte de su antiguo encanto –fue antiguo taller y astillero-.
Y, si aún no has desayunado, prueba los churros de la Casa Aranda (Herrería del Rey, 3), que desde hace 75 años es frecuentado por periodistas y locutores para el cafelito de las 12. Y termina con un vino en la Antigua Casa de Guardia (Alameda Principal, 18), bodega de las de antes, que desde 1840 vende caldos de toda la provincia.
Lo mejor está en el interior
Si quieres conocer la Málaga más popular y auténtica, adéntrate en los barrios de Trinidad y Perchel, con numerosas cofradías, venerados Cristos –como el Cautivo y el de Mena– y cuna del flamenco malagueño –de aquí salieron las jaberas, uno de los palos más antiguos–.
Aunque exteriormente no llaman la atención, muchas de sus casas esconden hermosos y antiguos corralones (patios), como el de Santa Sofía, de 1884, donde se celebra la inauguración y la clausura de la Semana Popular de los Corralones, en junio.
Si quieres visitarlos, pide información en la Oficina de Turismo o escribe antes a mdalcarazo@malaga.eu.
El sitio de moda
El puerto de Málaga, que luce nuevo aspecto, es el sitio de moda en la ciudad. Tras su reciente reforma se ha convertido en un entretenido y bonito lugar para jugar, montar en bicicleta, ir de compras, cenar o tomar un cóctel arropado por la suave y templada brisa.
Hace menos de dos años, se inauguró aquí El Palmeral de las Sorpresas, un paseo con fuentes, parques infantiles, árboles exóticos y arquitectura moderna: mira, toca y descubrirás el porqué de su nombre.
Más adelante, en la parte del puerto que termina en La Farola (otro de los símbolos de Málaga), llegarás al Muelle Uno, con algunas tiendas, terrazas frente al mar y restaurantes que empiezan a animarse cuando se aproxima el atardecer. Tienes variedad para elegir: desde una cena de raciones en Gorki, hasta la alta cocina del chef José Carlos García –del prestigioso Café París de Málaga–, o un relajado cóctel con música lounge.
Playas todo el año
Si de algo goza Málaga es de su magnífico clima, siempre suave y templado. Cualquier época es buena para disfrutar de sus playas, incluso el invierno. Quizás no te apetezca bañarte en ellas, pero siempre son ideales para saborear buen pescado de la forma más típica: con unos espetos de sardinas (4 euros).
Hacia el este, acércate a la playa del Pedregalejo, en un antiguo barrio de pescadores que conserva sus casas bajas y ambiente popular, o un poco más allá, a la del Palo. Como en las playas del resto de la ciudad, aquí apenas encontrarás turistas –que prefieren otras como las de Marbella o Fuengirola–, pero sí muchos malagueños que escapan cuando pueden a disfrutar del sol, los chiringuitos y, cuando cae la tarde, del ambiente de copas en los numerosos bares de su paseo marítimo.
Prueba los cócteles de La Chancla, uno de los sitios más populares. Tienes autobuses urbanos que llegan en pocos minutos hasta la zona.
Escápate a un vergel
Si tienes tiempo, dedica medio día a visitar el rincón verde más querido de la ciudad: el Jardín botánico de La Concepción (entrada: 5,20 euros; niños: 3,10 euros). Además de ser lugar favorito para bodas –sobre todo cuando florecen las glicinas, que forman un manto de color morado–, alberga una valiosa colección de plantas de los cinco continentes.
En 1855 el matrimonio Loring-Heredia comenzó a plantar especies que traían de sus viajes hasta convertirlo en todo un vergel, donde el bambú, la vid, las palmeras y los nenúfares crecen entre fuentes, cascadas, esculturas y la mansión donde vivía la pareja.
En su época de esplendor fue más conocido por los restos arqueológicos que sus propietarios fueron coleccionando, como la Lex Flavia Malacitana, las leyes romanas que hoy conserva el Museo Arqueológico de Málaga.
Aún se pueden ver algunos vestigios y el templete que se levantó sobre un antiguo mosaico romano. Vale la pena la visita guiada por la ruta La joyas de la Concepción, un sencillo paseo de una hora y media, o por la de Los Miradores (1 h), con vistas del jardín y la ciudad. Si tienes suerte, puedes coincidir con alguna de las visitas nocturnas que se realizan en ocasiones especiales (10 euros y 8 euros niños, incluye la entrada a Casa Palacio, una consumición en el bar y música en directo). Información y reservas: Tél. 952 25 21 48. Cierra los lunes.
Un viaje de época
Apenas lleva dos años abierto y ya es una de las estrellas de la ciudad. El museo Automovilístico de Málaga es un recorrido por el tiempo a través de esta magnífica colección de más de cien coches antiguos, trajes de alta costura, carteles y otros objetos de época.
Podrás ver auténticas joyas históricas, como el Mercedes 540k de Himmler o un Packard blindado que perteneció al expresidente Roosevelt. Todos, excepto cuatro, funcionan, el más antiguo, un Winner de 1898. Atento a la sección de prototipos que se mueven con energías alternativas y parecen salidos de las páginas de un cómic. Entrada: 6,50 euros.
Dormir sobre un muralla
Vincci Posada del Patio (Pasillo Santa Isabel, 7. Tél. 951 00 10 20). Es un 5* céntrico y moderno, aunque conserva su fachada y una muralla árabe y romana en el subsuelo, abierta al público y gratuita. La piscina, en la azotea, es uno de sus mejores rincones. Desde 89 euros/doble.
Hotel La Chancla, está situado en el paseo marítimo de la playa del Pedregalejo y ofrece un ambiente relajado con sabor playero. Desde 44 euros.
Sabores con vistas al mar
Candado Beach (Tél. 952 20 63 46). Junto al club náutico, este restaurante de cocina andaluza y moderna es ideal para comer sobre la playa de El Palo.
Parador de Gibralfaro (Tél. 952 22 19 02). Ofrece excepcionales vistas de la bahía y la ciudad entre platos tradicionales como rabo de toro o gazpacho con un toque original. Entre 20-30 euros.
Gorki (Tél. 952 22 76 23). Es un referente del tapeo malagueño, ahora también en el Muelle Uno. Buenos vinos para tomar con jamón, ensaladas, tostas… Desde 0,60 euros, los bocadillitos, hasta 15 euros, los platos de pescado o carne.
Para llevarte de recuerdo la mejor panorámica de la ciudad, sube al castillo de Gibralfaro, o un poco más abajo, al Parador del mismo nombre, un estupendo mirador sobre el puerto, la bahía, el casco histórico, las playas, la plaza de toros, el mar…
CÓMO LLEGAR.
En tren:
El ave conecta Málaga con las principales ciudades españoles. Madrid (2,30 h), por 89,40 euros/trayecto. Barcelona (5,40 h), por 146 euros/trayecto. www.renfe.es
En avión:
Vueling te lleva desde Barcelona y Bilbao (24,99 euros) o Gran Canaria (39,99 euros). Iberia conecta con Madrid, desde 51 euros (tasas incluidas).
INFORMACIÓN
Oficina Municipal de Turismo de Málaga. Tél. 951 92 69 20.
Rincones de Tenerife que debes conocer
El mejor viaje de novios o para amigos de 2024
Viajar en tren, el reclamo turístico del 2024
Pueblos bonitos cerca de Barcelona para escaparse