Escoge tu próximo destino y descansa cuerpo y mente en uno de estos ocho lugares, en los que la religión juega un papel fundamental. Porque no todo van a ser procesiones...
Bután
Este pequeño país del Himalaya no mide su riqueza a través del PIB, sino en términos de Felicidad Interior Bruta. Su religión mayoritaria es el budismo, y aquí encontrarás templos tan impresionantes como el 'Nido del Tigre', un monasterio a más de 3.000 metros de altitud. Eso sí, debes sabes que el turismo en Bután tiene ciertas restricciones: deberás abonar una tasa de unos 200 € al día que incluyen alojamiento y transporte y contratar tu viaje a través de una de las agencias de viajes autorizadas por el Gobierno. Consulta más detalles en la agencia de viajes Godwana (godwana.es).
Kyoto
Esta ciudad japonesa, antigua capital imperial, representa un contraste perfecto entre la tradición y la modernidad. Con miles de templos budistas y sintoístas, además de palacios y jardines, su patrimonio se encuentra en un inmejorable estado de conservación. El Templo del Pabellón Dorado, recubierto de hojas de oro puro, es uno de los más significativos, así como el Palacio Imperial de Kyoto. No dejes de visitar la zona de Gion, el legendario barrio donde se asientan desde hace siglos las geishas.
Sri-Lanka
La budista y la hindú son las religiones mayoritarias en esta isla del océano Índico, una increíble combinación de paisajes salvajes, playas cristalinas y una rica herencia cultural. El templo dorado de Dambulla alberga un buda gigante de más de 30 metros de alto, además de unas espectaculares cuevas reconocidas por la UNESCO que fueron excavadas y decoradas con frescos por los monjes budistas. Pero sin duda, la mejor razón para viajar hasta aquí son sus festivales religiosos: desde los días de luna llena, siempre fiesta nacional, hasta el nacimiento de Buda en mayo, pasando por la espectacular procesión de Perahera en la que elefantes y bailarines desfilan con todo un despliegue de luces y colores.
Vaticano
El minúsculo estado de El Vaticano, centro de la religión católica, es todo un hervidero en Semana Santa. Los fieles invaden la Plaza de San Pedro durante esos días, pero aun así merece la pena presenciar algunos actos tan icónicos como el Via Crucis en el Coliseo Romano o la misa del domingo de Pascua, en la que el Papa lanza su mensaje 'Urbi et Orbi' ('A la ciudad y al Mundo').
Guatemala
El yacimiento de Tikal, en Guatemala, está considerado como uno de los asentamientos más importantes de la civilización maya precolombina. Aprovecha para visitar este mágico lugar durante este año cuando, según la religión maya, se ha producido el fin de un ciclo y el comienzo de uno nuevo que transformará al mundo por completo. Para disfrutar de esta experiencia por todo lo alto, alójate en el Hotel La Lancha (www.coppolaresorts.com/lalancha), un lujoso complejo eco turístico propiedad del director de cine Francis Ford Coppola.
Jerusalén
Ciudad Santa por antonomasia, Jerusalén es centro de peregrinación para cristianos, musulmanes y judíos. Un lugar que rezuma historia y en el que hay mucho que ver: el famoso Muro de las Lamentaciones, imprescindible durante el Sabbat, la Mezquita de Omar, un espectacular edificio con cúpula dorada visible desde numerosos puntos de la ciudad, la iglesia del Santo Sepulcro... Pero más allá de sus monumentos históricos, Jerusalén es una ciudad abierta y moderna en la que disfrutar de sus cafés, bares, conciertos y vida nocturna.
Gela (Bulgaria)
Conocida como la patria de Orfeo -el personaje mitológico famoso por tocar la lira con tanta maestría que animales y hombres quedaban prendados de su música-, la localidad de Gela se ubica en el corazón de la montaña Rodopi. Considerada cuna de la civilización occidental, esta pequeña aldea es el lugar idóneo para el descanso. Para alojarse, Villa Gella es un magnífico hotel de cinco estrellas perfecto para entrar en comunión con el medio ambiente y los habitantes de la zona (www.villagella.com)
Tíbet
Si tu intención es conocer de lleno la cultura budista, ningún sitio mejor que Tíbet. Su capital, Lhasa, significa en tibetano 'Ciudad Santa', y es que es aquí donde se encuentra el imponente Palacio de Potala, antigua residencia de los Dalai Lama. El palacio, de trece pisos y mil habitaciones, es visitable, aunque deberás madrugar: solo se permite el acceso a unos 2.000 turistas al día para evitar el deterioro del edificio.
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