7 ciudades romanas de Europa, África y Asia que debes visitar una vez en la vida
Prepárate para descubrir el encanto de las ciudades que pertenecieron al Imperio Romano y que albergan las ruinas históricas más sorprendentes.
Roma, la ciudad eterna. Eterna porque parece que el tiempo se ha detenido en ella, debido a la cantidad de vestigios aún en pie de su época más esplendorosa - los imprescindibles de una escapada a Roma, sin duda -, y porque eternos también parecieron sus límites en un momento de la historia. El nacimiento del Imperio Romano se produjo por la expansión de su capital, que consiguió extender su control en torno al mar Mediterráneo, con unos dominios que se calcula que llegaron a tener una superficie de unos 5 millones de km². De esta forma, en su mejor época, esta etapa de dominación romana abarcó, físicamente, desde océano Atlántico por el Oeste, hasta el Mar Caspio, el Mar Rojo y el Golfo Pérsico al Este, y desde el desierto del Sahara al Sur, hasta las orillas de los ríos Rin y Danubio al Norte.
Del siglo 27 a.C. y hasta el 476 d.C., su ejército era el más poderoso del mundo y la conquista de territorios parecía no tener fin. Además de desarrollar los fundamentos de las leyes que han dado forma a muchas de las prácticas actuales, el Imperio Romano también extendió sus avances en el mundo de la ingeniería y las infraestructuras, construyendo una arquitectura diseñada para durar que fue dando forma a las primeras ciudades modernas.
Algunas de estas ciudades han pasado a la historia por su relevancia dentro del Imperio - son los casos de la propia Roma, por supuesto, pero también de Éfeso, Alejandría, Costantinopla (actual Estambul, que también acumula razones para una visita) o Tesalónica - y otras, además, porque los restos de esta época mantienen una conservación excelente y descubrirlos es como realizar un viaje al pasado. Nos referimos a enclaves como Mérida, en Badajoz (y la guía para visitarla), Dougga, Pompeya y Herculano, por mencionar algunos ejemplos. De hecho, estas dos últimas han sobrevivido, incluso, a la voracidad de la lava de un volcán, el Vesubio, que las enterró prácticamente por sorpresa, pero cuyos restos se encuentran en un magnífico estado de conservación. Una muestra de que la prueba del paso del tiempo para las construcciones romanas se mide en siglos.
Teatros, anfiteatros y circos romanos. Calles empedradas. Esculturas, mosaicos y elementos de la vida cotidiana. Museos de arte romano, festivales de teatro clásico. Villas romanas. Puertos marítimos. Termas que cuentan con más de 7.000 años de historia, que no tienen nada que envidiar a las mejores piscinas naturales del mundo y de las que aún se puede conocer su funcionamiento.
Déjate seducir por la historia de estas ciudades del Imperio Romano que, gracias al estado de conservación de sus restos históricos, bien merecen una vista. ¡Ave, viajera! Tu viaje en el tiempo comenzará en 3, 2, 1...
Mérida
La ciudad de Mérida, en Badajoz, recibía en tiempos de los romanos el nombre de Emerita Augusta. Fue fundada por el emperador Octavio Augusto en el año 25 a.C, y a día de hoy es uno de los conjuntos arqueológicos romanos mejor conservados de Europa.
Aquí podrás visitar un auténtico teatro, anfiteatro y circo romanos, además de conocer su cultura a fondo con el Museo de Arte Romano, una excepcional muestra de esculturas, mosaicos y elementos de la vida cotidiana de los antiguos habitantes de Emerita Augusta.
Si la visitas en verano, hay un evento que no te puedes perder: el Festival Internacional de Teatro Clásico, que se celebra en julio y agosto y representa textos clásicos sobre la milenaria estructura del teatro romano. Imprescindible.
Pompeya
Es uno de los imprescindibles si visitas el golfo de Nápoles, ya que se encuentra a poca distancia (25 kim) de la capital de la región de Campania. Esta antigua ciudad romana es famosa por un desgraciado suceso: en el año 79 d.C, fue enterrada por la erupción del volcán Vesubio.
Pompeya mantiene un estado de conservación excelente y caminar por esta antigua y extensa urbe es como viajar al pasado. No te pierdas sus villas romanas ni el Horreum, donde se exhiben los cuerpos solidificados de los últimos habitantes de la ciudad.
Herculano
Si tienes pensado visitar Pompeya, te recomendamos que también te acerques a su 'hermana pequeña', la ciudad de Herculano (actualmente llamada Ercolano). También próxima al Vesubio, esta ciudad costera pereció ante el magma del mismo modo que lo hizo Pompeya. Debido a que la ciudad no sufrió daños por el fuego, se encuentra en un magnífico estado de conservación, incluyendo maderas y papiros de la época, lo que la convierte en un destino privilegiado para los amantes de la Antigua Roma. Además, debido a que se encuentra a la sombra de Pompeya, es probable que puedas visitarla con muchas menos aglomeraciones.
Leptis Magna
A unos 130 kilómetross de Trípoli, la capital de Libia, se sitúa esta espectacular ciudad a la orilla del mar Mediterráneo. Fundada en el 1100 a.C, llegó a ser rival de las grandes Cartago y Alejandría. Te sorprenderá su teatro romano, aunque lo mejor es dejarse llevar por la inmensidad de estas ruinas. Además, aquí podrás ver cómo era un antiguo puerto romano, ya que dispone de uno, que fue originariamente construido por los fenicios.
Dougga
Sin movernos de África, nos dirigimos al conjunto arqueológico de Dougga, en Túnez, una vasta extensión de 70 hectáreas que fue ocupada por civilizaciones diversas como la púnica, la romana o la bizantina. No te pierdas sus templos, las Termas de Caracalla ni su gran teatro romano, uno de los mejor conservados.
Jerash
Conocida como la 'Pompeya del Este', esta ciudad greco-romana en Jordania es la segunda atracción turística del país tras Petra. Se encuentra a unos 50 kilómetros de Amman y su estado de conservación es bueno, por lo que puede observarse perfectamente el trazado de una típica ciudad romana. Su gran plaza oval es impresionante, aunque lo más espectacular aquí es presenciar el espectáculo de cuádrigas que se representa dos veces al día en el hipódromo.
Bath
La influencia del Imperio Romano fue tan inmensa que hasta saltó el Canal de la Mancha y se instaló el lugares como la ciudad de Bath, al Suroeste del Reino Unido y a unas dos horas de Londres.
Sus termas romanas son uno de los grandes monumentos del país y es que su perfecto estado de conservación permite conocer al detalle cómo funcionaba este tipo de edificios. Imprescindible la sala del Gran Baño (en la imagen), al aire libre y con una mezcla de arquitecturas.
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