Diez islas europeas que aún no conoces
Es probable que no hayas oido hablar de estos destinos y, sin embargo, están más cerca de lo que crees: no es necesario salir de Europa para descubrir islas fuera de los circuitos. Te descubrimos estos diez paraísos.
Brac, Croacia
A menudo, la bella isla de Brac queda eclipsada bajo la fama de su isla contigua, Hvar. Sin embargo, acercarse hasta aquí es todo un acierto. A ella se accede desde Split a través de un ferry que desembarca en la localidad de Supetar, con un agradable puerto y playas tranquilas. Si te decides a atravesar la isla, no te pierdas la localidad de Bol, un agradable pueblo de pescadores en el que se encuentra una de las playas más espectaculares de la Costa Dálmata: Zlatni Rat o 'Cuerno de Oro' (en la foto).
Porto Santo, Portugal
A 40 kilómetros de Madeira, la isla de Porto Santo destaca por sus largas playas de arena dorada y sus icónicos molinos de viento. Al contrario que su isla vecina, el paisaje aquí es predominantemente seco y calcáreo, casi desprovisto de vegetación. Sin embargo, sus casi diez kilómetros de playas son reclamo suficiente para el turista. Su capital, Vila Baleira, acoge a la mayor parte de habitantes de la isla (unos 5.000) y alberga el Museo de Cristóbal colón, ya que el famoso descubridor vivió en la isla antes de partir hacia América.
Marettimo, Italia
La isla de Marettimo forma parte del archipiélago de las Islas Egadi, frente a la costa occidental siciliana. Esta pequeña isla, a la que se accede por barco desde Trapani, cuenta solamente con unos 300 habitantes. Un refugio perfecto para huir de todo y de todos en un ambiente mediterráneo y rico en flora y fauna que no encontrarás en ningún otro lugar. Un destino para perderse... literalmente. Lo remoto de Marettimo queda patente haciendo recuento del número de hoteles que alberga la isla: tan sólo uno.
Mljet, Croacia
Cercana a Dubrovnik, la isla croata de Mljet es todo un paraiso natural. Esta isla de unos mil habitantes está cubierta de bosques en un 70% de su extensión y cuenta con dos lagos de agua salada y un parque natural. ¿Nuestra recomendación? Practica el kayaking en la isla para descubrir impresionantes calas y grutas escondidas.
Gotland, Suecia
La isla de Gotland, en el Mar Báltico, es la mayor de las islas suecas gracias a sus más de 3000 kilómetros cuadrados de extensión. Su capital es la ciudad de Visby, una pintoresca villa medieval conservada a la perfección. Las casas del recinto amurallado te parecerán sacadas de un cuento de hadas. Si más que lo medieval lo tuyo son los vikingos, no te pierdas la aldea de Tofta, un asentamiento del siglo X en el que puedes aprender de todo sobre el 'Viking Way Of Life': desde tirar con arco a arrojar hachas, pasando por las más sosegadas actividades de elaborar pan o joyas tradicionales.
Port-Cros, Francia
Entre Marsella y Niza, la isla de Port-Cros forma parte del archipiélago de las islas Hyères. Habitada desde la época romana, la isla se ha salvado de la urbanización excesiva gracias a su parque natural. La pequeña población de Port-Cros es perfecta para pasear y descubrir los (escasos) negocios locales, aunque lo mejor de este lugar es dejarse llevar por sus rutas senderistas.
Elba, Italia
La isla de Elba, famosa por albergar a Napoleón durante su exilio en 1814, forma parte del archipiélago toscano. Además de sus playas de aguas cristalinas, cuenta con un importante patrimonio cultural y natural gracias a su ubicación dentro del Parque Nacional del Archipiélago Toscano. La isla se encuentra dividida en ocho municipios distintos, todos ellos con sus particularidades propias en cuanto a cultura y tradiciones: Portoferraio, Marciana, Marina, Campo dell’Elba, Porto Azzurro, Rio Marina, Capoliveri y Rio Elba.
Comino, Malta
La más pequeña de las tres islas habitadas de Malta (las otras dos son Malta y Gozo) es todo un paraíso de los deportes acuáticos. Comino ocupa solo 3,5 kilómetros cuadrados, no tiene coches y solo dispone de un hotel. Este antiguo refugio de piratas es hoy en día un paraíso para amantes del buceo y todo gracias a parajes como la Laguna Azul, una espectacular cala de aguas turquesas.
Sylt, Alemania
Ubicada en pleno Mar del Norte, Sylt es el destino veraniego por excelencia de la 'jet set' del país germano, hasta el punto de ser conocida como 'Los Hamptons Alemanes'. Sus largas playas de arena y dunas son perfectas para desconectar, aunque también para hacer planes movidos como la práctica del kitesurf y el windsurf, muy populares en la zona. Además, es una isla de lo más fotogénico: aquí se grabó la película 'El Escritor', de Roman Polanski.
Skye, Escocia
Skye, en el archipiélago de las Hébridas, es la más conocida de las islas escocesas. Repleta de parajes naturales, hay mucho que ver en esta isla de unos 1.600 kilómetros cuadrados. En primer lugar, su espectacular paisaje verde, un tono que lo tiñe todo, desde colinas hasta acantilados. En segundo lugar, sus castillos: el de Eilean Donan, al pie de un lago, es uno de los más icónicos. Sin olvidarse de uno de los productos escoceses más reconocibles: el whisky. La fábrica de Talisker es una de las más famosas de la isla y es visitable.
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