Placeres pasados por agua
¿Quieres algunas ideas para rebajar el termómetro? Toma nota de las propuestas más divertidas y originales para refrescar los últimos días del verano.
Israel: tumbado sobre el mar
No es el lago más salado de la tierra –lo superan el Assal, en Djibuti, y algunos antárticos– pero el Mar Muerto, un espacio acuático que comparte territorio con Israel, Jordania y Palestina, es, sin duda, el más famoso del planeta. La excesiva salinidad de sus aguas –que puede alcanzar hasta los 340 g por litro– provoca dos fenómenos que sorprenden cuando se visita por vez primera. Por una parte, no esperes disfrutar el placer de bucear y descubrir sus fondos: aquí no encontrarás ningún ser vivo. Por otra, te encantará el poder de sus aguas para mantenerte a flote, con una densidad muy superior a la del mar que te empuja permanentemente y te mantiene en su superficie, la más baja del planeta: 417 m bajo el nivel del mar. En www.goisrael.es.
Ceuta: a la luz de la luna
Sólo necesitas saber nadar y ganas de probar cosas diferentes para atreverte a practicar esta propuesta atlántica: recorrer la costa ceutí en una ruta nocturna a bordo de un kayak de mar. La travesía –desde 10 euros para una persona– dura una hora y te muestra las murallas y otras postales, como la puesta de sol o la bahía sur a través de un foso iluminado.
Omán, un baño esmeralda en pleno desierto
A unas 2 horas de Mascate, la capital de Omán, encontrarás este impresionante paisaje que reproduce todas las tonalidades de la naturaleza. Se trata de Wadi Shab, un curso de agua dulce cuyas aguas, turquesa y esmeralda, discurren entre paredes de tierra de colores ocres y rojizos. Si el espectáculo de este oasis ha entusiasmado a tus ojos, pon a punto el resto de los sentidos, ya que este paraje se encuentra en un cañón en medio del desierto. Seguramente lo encontrarás después de una intensa caminata que tendrá como regalo darte un chapuzón al final de esta garganta, nadar en una pequeña cueva o saltar desde una roca para zambullirte en esta preciosa piscina natural, una de las atracciones más demandadas del país arábigo.
Suiza: el rugir de las cataratas
Entre el cantón de Zúrich y el de Shaffhausen, al norte de Suiza, encontrarás uno de los paisajes más refrescantes de Europa. Se trata de las cataratas del Rin, cuyos 23 m de altura a su paso por estas tierras las convierten en las mayores del continente. Ven a verlas en verano, cuando el deshielo de las cumbres multiplica su caudal y la furia del agua te salpica desde cualquiera de las plataformas de observación. Para verlo desde otra perspectiva, también hay excursiones en barco que remontan el río.
México, en un museo submarino
Si este verano quieres disfrutar de una exposición pero detestas estar encerrado entre las paredes de un museo, ¿qué tal enfundarte unas gafas de bucear y sumergirte de verdad en el mundo artístico? Se trata del MUSA (Museo Subacuático de Arte), el primer parque escultórico subacuático del mundo. Su promotor, Jason deCares Taylor, ha llenado un lugar privilegiado de aguas mexicanas –entre Cancún, Isla Mujeres y Punta Nizuc– con 400 esculturas de tamaño natural que crean arrecifes y sirven de refugio para morenas y bancos de peces. Un espectáculo mágico que apuesta por la sostenibilidad de los fondos marinos y que puedes disfrutar practicando buceando.
Navarra: en busca del siluro gigante
Si te gustan las sensaciones fuertes, apúntate a una actividad de moda para los amantes de la adrenalina: la pesca del siluro. Se trata de un pez descomunal –puede medir cerca de 3 m de largo y pesar 150 k–, nocturno y tan voraz, que muchos lo califican de basurero. Vive en los ríos y, en España, puedes pescarlo en el cauce del Ebro, en Las Bardenas.
Singapur, con la gran ciudad a tus pies
Desde su inauguración, en junio de 2010, Marina Bay Sands se ha convertido en el mayor atractivo turístico de este centro financiero asiático. El complejo es una apuesta arquitectónica formada por tres grandes torres coronadas por una inmensa plataforma destinada al ocio. Uno de los puntos fuertes de este parque al aire libre, el Sands Sky Park, es su piscina elevada: la más larga del mundo. Para ser una de las 3.900 personas con el privilegio de ver Singapur sumergido en esta infinity pool, tienes que alojarte en el Marina Bay Sands, uno de los hoteles de 5 estrellas con que cuenta este impresionante complejo, ya que está reservada para clientes. Desde 213 euros la doble con desayuno.
Japón: una playa de mentira
Si echas de menos una conexión wifi cuando estás en la playa o te gustaría asegurarte de que disfrutarás de buen tiempo, tu solución se llama Seagaia Ocean Dome y está en la ciudad nipona de Miyazaki. Este complejo de ocio –en actual remodelación– cuenta con una playa artificial de 300 m de largo y 100 m de ancho, temperatura regulada y techo retráctil
Florida: viaja junto a los delfines
Más de 7.000 m2 de playas, 36 toboganes, 6 ríos y lagunas… Éstas son sólo algunas de las refrescantes cifras de Aquatica by SeaWorld, el gran parque acuático de Orlando. Con todo, lo más demandado de este espacio de Florida es el Dolphin Plunge: una divertida atracción en la que viajas a lo largo de 91 m por un tubo transparente sumergido en un inmenso estanque junto a los delfines de Commerson.
Filipinas: un restaurante flotante y tropical
Además de recorrer las Colinas de Chocolate y de visitar el Santuario de Mariposas, si estás haciendo un circuito por Bohol, en tierras filipinas, reserva tiempo para almorzar a bordo de un catamarán-restaurante mientras navegas por el río Loboc. Estas barcazas atraviesan la provincia y regalan una tranquila travesía entre manglares y escenarios tropicales. Con todo, lo mejor es elegir un bote con restaurante donde probar las exquisiteces locales mientras surcas el río. No esperes encontrar delicias de alta cocina, pero sí un bufé donde saborear platos a base de leche de coco, arroz, camarones, atún, mango dulce… mientras escuchas música autóctona en directo.
Tarragona, apúntate lo último: los 'Tuna Tours'
Si ya has surcado el mar junto a los delfines y te has metido en una jaula para verte las caras con un tiburón, ¿qué te parece nadar entre cientos de atunes rojos salvajes? La experiencia la lanza Tuna Tour y recorre la costa tarraconense del golfo de Sant Jordi a bordo de un catamarán de dos cubiertas. A lo largo del recorrido –que dura 2 h– observarás a los atunes en su medio natural y podrás darles de comer y nadar entre más de 600 ejemplares en una piscina marina de 50 m de diámetro. Durante la travesía –que también cuenta con un componente didáctico–, descubrirás todo lo relativo a estos impresionantes peces que pueden alcanzar los 3 metros de largo: desde las formas de pesca, hasta su biología o la explicación de cómo han llegado hasta l'Ametlla de Mar. La experiencia está pensada para todas las edades y los precios –con tres salidas diarias hasta el 30 de septiembre– oscilan entre 32 euros para el tour básico y 47 euros para la excursión con baño, cata de atún y bebida.
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