Destinos de otoño
Si pensabas que viajar era solo para la primavera y el verano, por aquello del buen tiempo, te sorprenderá saber en cuántos sitios aún la climatología es lo suficientemente benigna para ir a ellos en otoño. Otros destinos, por sus colores o por sus planes, son también una opción estupenda para acudir de octubre a mediados de diciembre. Fíchalos todos.
La Rioja
Una vez terminada la vendimia, las hojas de la vid comienzan a adquirir colores de la paleta otoñal, amarillo, verde, rojizo y ocre, antes de morir en invierno. Los paisajes son espectaculares en esta temporada, y todavía el frío no se hace tan riguroso como para impedir un buen paseo por diversos puntos de la provincia: Ezcaray, San Millán de la Cogolla...
Tanzania
Aprovecha octubre para ver animales en la temporada de 'lluvia corta' antes de que las carreteras se embarren tanto que no puedas recorrer el país. Sin calor y con la fauna a punto de caramelo, es un momento perfecto para recorrer el Serengeti (en la imagen), visitar las reservas del Rift y el lago Manyara, disfrutar de paisajes increíbles como el cráter de Norongoro, adentrarse en los secretos de los Masai y, cómo no, darse un buen baño en el Índico.
Hayedo de Montejo
En otoño, las hayas muestran sus mejores colores, los rojizos y anaranjados procedentes de la variedad de sus hojas. A pocos kilómetros de Madrid se encuentra este paraje inigualable al que sólo se puede acceder con visita guiada y por reserva, pero vale la pena el esfuerzo. Junto al haya, el otro protagonista es el roble, y ambos bañados por el precioso río Jarama. Puedes jugar a descubrir si la leyenda, que dice que la zona está habitada por duendes y gnomos que invitan a sus paseantes a adentrarse en sus rincones para acabarse convirtiendo en animales.
Creta
La isla más grande de Grecia y una de las mayores del Mediterráneo es otro destino ideal para escaparse en otoño y disfrutar de sus playas azules, de su rico patrimonio artístico, de una gastronomía muy especial, de rincones espectaculares de naturaleza como la garganta de Samaria y sus montañas blancas ... Creta es heredera de la civilización minoica, así que no te puedes marchar de allí sin ver el palacio de Knossos. Te sentirás lejos pero a la vez cerca de casa.
El Rocío
Es en esta estación cuando se puede admirar en el poblado de El Rocío (Almonte, Huelva), uno de los espectáculos naturales más fascinantes, el atardecer dorado sobre las marismas del Guadalquivir. Los reflejos, las aves, el silencio del entorno solo roto por algún trote de caballos... ofrecen al visitante uno de los momentos únicos del otoño.
Selva Negra
Entre Baden-Baden (al norte) y Friburgo (al sur), esta boscosa zona de más de 6.000 kilómetros cuadrados se convierte en uno de los puntos más apetecibles de Europa, por el color de su flora, sus pueblos y sus campos de cultivo. En la imagen, el valle de Muenstertal, al sur de la región, donde además de ascender la montaña Belchen (1.414 metros), puedes practicar senderismo, cicloturismo...
Sierra de Hornachuelos
Son muchos los parajes donde contemplar en nuestro país, hasta mediados-finales de octubre, la berrea del ciervo. Los gritos y competiciones de los machos para conseguir los favores de las hembras son un verdadero espectáculo que podrás admirar con tranquilidad, sin el exceso de audiencia habitual, en la sierra de Hornachuelos (Córdoba). La 'Ruta de los Sonidos del Bosque', impulsada por el Centro de Iniciativas Turísticas Vega del Guadalquivir, facilita su comprensión y el avistamiento.
Montreal
¿Aún no has hecho ningún viaje este año y tienes dinero ahorrado como para cruzar el charco? Pues acude al país cuya bandera contiene uno de los iconos del otoño: la hoja de arce. Montréal, en Canadá, es un destino perfecto para combinar todos los deseos urbanitas con una buena dosis de parques adornados en amarillos, ocres y anaranjados, tal y como manda la estación. Tiene algo del viejo París pero envuelto del encanto y la fuerza del nuevo mundo.
Fuerteventura
El clima benigno de las Canarias las hace ideales para todo el año, pero en otoño, Fuerteventura es la reina porque es el tiempo de las mejores mareas, las que traen el agua menos revuelto y con una temperatura más agradable. En la imagen, una de las playas más espectaculares, la de Sotavento en Jandía, pero la isla tiene numerosos puntos donde disfrutar prácticamente a solas del agua: Morro Jable, Cofete, Corralejo... además de un interior que vale la pena descubrir.
Oporto
Queriéndolo o no, esta ciudad portuguesa poco a poco ha ido robándole protagonismo a la omnipresente Lisboa. Otoño es un momento magnífico para trepar por sus calles, ver su ambiente encantador y decadente, asomarse a la conocida biblioteca Lello e Irmao (porque entrar es difícil), dejarse sorprender por los azulejos de su estación de tren y, cómo no, saborear uno de sus exquisitos caldos.
Segovia
Desde hace 30 años es Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y todos sus monumentos merecen una visita, pero desde casasrurales.net nos invitan a visitar la ciudad castellana desde otra perspectiva, la gastronómica, con propuestas que mezclan la cocina tradicional y la emergente. Los productos más habituales: desde setas a legumbres (los famosos judiones de La Granja) pasando por zanahorias o puerros hasta productos de caza menor y mayor como liebres, perdices o jabalíes y, claro está, el cochinillo y el cordero. Riégalo todo con vinos de Valtientas, la denominación de origen de la zona.
Florencia
Con menos cantidad de turistas que con buen tiempo, la capital de la Toscana se convierte en un punto perfecto del mapa al que viajar en un puente o escapada. Aprovecha sobre todo en octubre, pues a partir de noviembre las temperaturas bajan mucho. Estas fechas son ideales para recorrer el Ponte Vecchio, subir a lo más alto de la catedral, recorrer con calma la Galeria degli Uffizi y pararte a admirar la Piazza della Signoria.
Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
Ainsa, Torla, Broto, Fragén... cuando termines de recorrer todos los pueblecitos que bordean el segundo parque nacional más antiguo de España, adéntrate en este precioso paraje en el que variados accidentes geográfucos como glaciares, montañas, bosques y cascadas acogen a fauna diversa como el quebrantahuesos, la rana pirenaica o la perdiz nival. Los colores consiguen en otoño una intensidad sin igual.
Croacia
Cualquier motivo es bueno para acercarse en otoño a Croacia. Por ejemplo, el Parque Plitvice (en la imagen), que con sus hayas, abetos y pinos se conforma en un paraje ideal donde, además, pasear en barca por el lago Kozjak. Pero si no quieres que tu viaje se limite a la naturaleza, acércate a Dubrovnik, la perla del Adriático, y déjate envolver por sus calles medievales y sus murallas, esas que han encandilado al equipo de 'Juego de Tronos' durante varias temporadas.
Los Ancares
La frondosidad de esta región a medio camino entre Lugo y León parece mayor en otoño, cuando los tonos rojos se adueñan del manto vegetal. Son 50.000 hectáreas de valles y cumbres de hasta 2.000 metros de altura, todo ello cruzado por preciosos senderos y salpicado de encantadores pueblecitos con una gastronomía exquisita. A mediados de noviembre, además, celebran la fiesta de la castaña, un evento etnológico y gastronómico imperdible.
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