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Lisboa para niños

10 razones por las que la capital vecina es un buen destino para ellos.

y Fotos: Jaime Fernández y Turismo de Portugal
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Getty Images

La capital del país vecino siempre es una buena idea, pero más aún si vas con niños. ¿Te lo habías planteado? Más allá de que vayas a hacer ejercicio subiendo cuestas si llevas carrito, Lisboa tiene un montón de lugares donde los peques se lo van a pasar en grande. Aquí van 10 propuestas a las que caerás rendida.

Visitar la Torre de Belém

<p>Cuando los niños llegan a los pies de esta emblemática torre, su reacción suele ser echarse a correr para descubrir todos sus tesoros. Se trata de una torre cuadrangular de defensa construida en el siglo XVI sobre un islote de basalto, frente a la playa, que con el tiempo se ha ido anclando a la orilla. Vale la pena subir para admrar la magnífica vista del Tajo. El acceso cuesta 6 euros por persona (12 si también visitas el vecino Monasterio de los Jerónimos), pero hay descuentos para familias, y familias numerosas.</p>

Cuando los niños llegan a los pies de esta emblemática torre, su reacción suele ser echarse a correr para descubrir todos sus tesoros. Se trata de una torre cuadrangular de defensa construida en el siglo XVI sobre un islote de basalto, frente a la playa, que con el tiempo se ha ido anclando a la orilla. Vale la pena subir para admrar la magnífica vista del Tajo. El acceso cuesta 6 euros por persona (12 si también visitas el vecino Monasterio de los Jerónimos), pero hay descuentos para familias, y familias numerosas.

Echarse unas carreras en la plaza del Comercio

<p>Correr, jugar a la pelota, tomar el solecito en las escaleras de la estatua ecuestre de Don José I, asomarse al estuario del Tajo para disfrutar de su bello atardecer.... Todo es posible en esta enorme y preciosa plaza, una de las más bonitas de Europa. Puedes contarle a tus hijos que, cuando inauguraron la estatua por su cumpleaños en 1775, el rey se quedó discretamente tras una ventana del edificio de Aduanas mientras todo el pueblo de Lisboa era convidado a un banquete pantagruélico en la plaza.</p>

Correr, jugar a la pelota, tomar el solecito en las escaleras de la estatua ecuestre de Don José I, asomarse al estuario del Tajo para disfrutar de su bello atardecer.... Todo es posible en esta enorme y preciosa plaza, una de las más bonitas de Europa. Puedes contarle a tus hijos que, cuando inauguraron la estatua por su cumpleaños en 1775, el rey se quedó discretamente tras una ventana del edificio de Aduanas mientras todo el pueblo de Lisboa era convidado a un banquete pantagruélico en la plaza.

Subir al elevador de Santa Justa

<p>Hay dos opciones para visitar el bellísimo e imprescindible barrio del Chiado. Puedes recorrerlo a pie aceptando las pendientes con el carrito de bebé a cuestas (algo que hice yo y que es superable) o bien, dejarse ayudar por el elevador de Santa Justa, un precioso ascensor de la arquitectura de hierro que une la Baixa con el 'Largo de Carmo', atravesando un viaducto y llegando a una torre metálica con unas vistas fabulosas. En contra de usarlo: solo admite 20 personas para subir y 15 para bajar, por lo que debes esperar bastante (algo que con niños pequeños hay que valorar...) y cuesta 5 euros por persona el recorrido de ida y vuelta.</p>

Hay dos opciones para visitar el bellísimo e imprescindible barrio del Chiado. Puedes recorrerlo a pie aceptando las pendientes con el carrito de bebé a cuestas (algo que hice yo y que es superable) o bien, dejarse ayudar por el elevador de Santa Justa, un precioso ascensor de la arquitectura de hierro que une la Baixa con el 'Largo de Carmo', atravesando un viaducto y llegando a una torre metálica con unas vistas fabulosas. En contra de usarlo: solo admite 20 personas para subir y 15 para bajar, por lo que debes esperar bastante (algo que con niños pequeños hay que valorar...) y cuesta 5 euros por persona el recorrido de ida y vuelta.

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Descubrir el parque Eduardo VII

<p>Saliendo del recoleto y precioso centro de Lisboa, toma la Avenida da Liberdade. Es un paseo muy bonito, entre bulevares y arbolitos, ideal para hacerlo con carritos y para disfrutar de las numerosas tiendas de moda de lujo (o de sus escaparates). La avenida concluye en el precioso parque Eduardo VII (en la imagen), otro sitio bonito para dar un paseo, jugar y hacer un 'picnic' y descubrir la Estufa Fría, un increíble edificio de los años 30 que alberga un magnífico invernadero. </p>

Saliendo del recoleto y precioso centro de Lisboa, toma la Avenida da Liberdade. Es un paseo muy bonito, entre bulevares y arbolitos, ideal para hacerlo con carritos y para disfrutar de las numerosas tiendas de moda de lujo (o de sus escaparates). La avenida concluye en el precioso parque Eduardo VII (en la imagen), otro sitio bonito para dar un paseo, jugar y hacer un 'picnic' y descubrir la Estufa Fría, un increíble edificio de los años 30 que alberga un magnífico invernadero.

Montar en el tranvía 28 y acabar con una buena comida

<p>Esta propuesta es válida solo si no llevas carrito de bebé y si no tienes demasiada prisa, porque el 28 es una de las grandes atracciones turísticas de la ciudad y suele ir bastante lleno. El tranvía es ideal, de madera, con una campanita como claxon, y realiza 10 km de ruta entre el castillo de San Jorge y el Barrio Alto. El 28 para casi en la puerta de O Pitéu da Graça (Rua da Graça, 95), uno de los restaurantes más kids friendly de la ciudad, donde abunda la comida casera y tradicional portuguesa con buena atención, sin turisteo y con precios ajustados.</p>

Esta propuesta es válida solo si no llevas carrito de bebé y si no tienes demasiada prisa, porque el 28 es una de las grandes atracciones turísticas de la ciudad y suele ir bastante lleno. El tranvía es ideal, de madera, con una campanita como claxon, y realiza 10 km de ruta entre el castillo de San Jorge y el Barrio Alto. El 28 para casi en la puerta de O Pitéu da Graça (Rua da Graça, 95), uno de los restaurantes más kids friendly de la ciudad, donde abunda la comida casera y tradicional portuguesa con buena atención, sin turisteo y con precios ajustados.

Imaginar la vida monástica en las ruinas del Carmo

<p>Una vez arrina del Chiado, comenzad vuestra visita en las ruinas del Convento do Carmo (precio adultos: 3,5 euros; los menores de 14 años entran gratis): los niños se quedarán sorprendidos con los enormes arcos, con los tesoros del Museo Arqueológico que alberga con el coquetuelo pozo en una de las esquinas... Después, dejaros llevar por el barrio más bohemio de Lisboa, el que conquistó a tantos escritores para organizar allí sus tertulias. Podéis vagabundear por la Rua Garrett, donde hay todo tipo de tiendas de moda, y acercaros a la Livraria Bertrand, que dicen que es la más antigua del mundo, fundada en 1732.</p>

Una vez arrina del Chiado, comenzad vuestra visita en las ruinas del Convento do Carmo (precio adultos: 3,5 euros; los menores de 14 años entran gratis): los niños se quedarán sorprendidos con los enormes arcos, con los tesoros del Museo Arqueológico que alberga con el coquetuelo pozo en una de las esquinas... Después, dejaros llevar por el barrio más bohemio de Lisboa, el que conquistó a tantos escritores para organizar allí sus tertulias. Podéis vagabundear por la Rua Garrett, donde hay todo tipo de tiendas de moda, y acercaros a la Livraria Bertrand, que dicen que es la más antigua del mundo, fundada en 1732.

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Dejarse maravillar en el Oceanario

<p>Y cuando decimos maravillarse, hay que tomárselo literalmente, porque cuando te acercas al edificio del arquitecto norteamericano Peter Chermayeff quedas totalmente asombrado. Si la construcción es magnífica y llena de explanadas para jugar (eso sí, se aparca bastante mal), cuando entras es una gozada: recorre con detalle los 30 tanques que contienen más de 15.000 animales y plantas de 450 especies y quédate totalmente fascinada. Los menores de 3 años entran gratis y hay un billete familiar (2 adultos y 2 niños menores de 12 años) a partir de 36 euros.</p>

Y cuando decimos maravillarse, hay que tomárselo literalmente, porque cuando te acercas al edificio del arquitecto norteamericano Peter Chermayeff quedas totalmente asombrado. Si la construcción es magnífica y llena de explanadas para jugar (eso sí, se aparca bastante mal), cuando entras es una gozada: recorre con detalle los 30 tanques que contienen más de 15.000 animales y plantas de 450 especies y quédate totalmente fascinada. Los menores de 3 años entran gratis y hay un billete familiar (2 adultos y 2 niños menores de 12 años) a partir de 36 euros.

Recorrer el Parque Monsanto

<p>En esos momentos en los que necesitas que tus hijos estiren las piernas y se desfoguen un poco en la naturaleza, no será necesario abandonar Lisboa: el Parque Florestal de Monsanto es el lugar ideal para ello. Tiene más de 1.000 hectáreas y, además de parques y zonas recreativas, también dispone de polodeportivo, minigolf, piscinas... Podéis jugar a ver aviones (el aeropuerto no está lejos) y también alguna de las ardillas que campan por allí.</p>

En esos momentos en los que necesitas que tus hijos estiren las piernas y se desfoguen un poco en la naturaleza, no será necesario abandonar Lisboa: el Parque Florestal de Monsanto es el lugar ideal para ello. Tiene más de 1.000 hectáreas y, además de parques y zonas recreativas, también dispone de polodeportivo, minigolf, piscinas... Podéis jugar a ver aviones (el aeropuerto no está lejos) y también alguna de las ardillas que campan por allí.

Emular a un marino en el Padrao dos Descubrimientos

<p>No lejos de la torre de Belém, se halla este impresionante monumento a los descubridores, ideado en 1940 para celebrar dos centenarios, el de la fundación (1140) y el de la restauración de Portugal (1940). El Infante Don Henrique guía a un total de 32 personas, entre ellos Vasco de Gama y Magallanes, dos de los grandes navegantes lusos. Un sitio ideal para que los más pequeños jueguen a ser marinos.</p>

No lejos de la torre de Belém, se halla este impresionante monumento a los descubridores, ideado en 1940 para celebrar dos centenarios, el de la fundación (1140) y el de la restauración de Portugal (1940). El Infante Don Henrique guía a un total de 32 personas, entre ellos Vasco de Gama y Magallanes, dos de los grandes navegantes lusos. Un sitio ideal para que los más pequeños jueguen a ser marinos.

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Recorrer en ferry la costa del Tajo

<p>Sorprende a los más peques con un recorrido en el ferry que comunica diariamente el centro de la ciudad con los distritos situados al sur. Tienes varios sitios donde coger el barco, aunque dos amarraderos son los más importantes: Terreiro do Paço (al lado de la plaza del Comercio) y Cais do Sodré. Recomendamos tomar el ferry que sale de Terreiro do Paço y que lleva a Montijo, un pueblecito muy lindo con playas que se abren al Tajo. Las vistas en la ruta son increíbles. El precio de ida y vuelta ronda los seis euros.</p>

Sorprende a los más peques con un recorrido en el ferry que comunica diariamente el centro de la ciudad con los distritos situados al sur. Tienes varios sitios donde coger el barco, aunque dos amarraderos son los más importantes: Terreiro do Paço (al lado de la plaza del Comercio) y Cais do Sodré. Recomendamos tomar el ferry que sale de Terreiro do Paço y que lleva a Montijo, un pueblecito muy lindo con playas que se abren al Tajo. Las vistas en la ruta son increíbles. El precio de ida y vuelta ronda los seis euros.

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Capitales de Europa

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