¿No tienes vacaciones?
10 destinos para escaparse los fines de semana.
¿Este verano te toca quedarte en la oficina? Tranquilo, por muy duro que pueda parecer en un principio no es el fin del mundo. Recuerda que tienes los fines de semana libres y que vives en España, donde puedes encontrar auténticas maravillas a unas pocas horas en coche. Hemos seleccionado 10 destinos increíbles de norte a sur para que organices un viaje express si no tienes vacaciones.
Ribadeo
En la provincia de Lugo, limitando con el Principado de Asturias, este pequeño pueblo del norte y sus paisajes conquista a todo el que se decide a pisarlo. Si tienes pocos días para conocer Ribadeo los sitios de visita obligada son la Isla Pancha, con su faro de cuento rodeado del verdor tipicamente gallego, y la Playa de las Catedrales, una joya esculpida por la naturaleza que invita a quedarse en silencio y disfrutar del sonido del mar. Otro gran reclamo es su gastronomía, que te hará disfrutar de largas reuniones frente a la mesa. Te recomendamos que vayas con cuidado porque probablemente no quieras volver de nuevo al trabajo.
Bolonia
Y en el otro extremo otra maravilla de playa es Bolonia, dentro del municipio de Tarifa. Este destino combina altas temperaturas para los que buscan calor, una playa paradisiaca en la que extender la toalla durante horas, un clima idóneo para quienes practican deportes de agua como el kitesurf, las famosas dunas declaradas monumento natural perfectas si quieres conseguir imágenes increíbles, las ruinas de la antigua ciudad romana sobre la que se asienta y restaurantes en los que comer el mejor pescaito frito del sur. ¿Qué más se puede pedir?
San Sebastián
Puede que para visitar San Sebastian tengas que pedir el viernes libre en la oficina, pero no nos hemos podido resistir a proponértelo. Es el destino gastro por excelencia, pero además de los legendarios pintxos de la Parte Vieja tiene una belleza natural y arquitectónica que le han hecho merecedora del sobrenombre del 'París del sur'. La famosa Playa de la Concha y sus barandillas, subir al Monte Igueldo en el mítico funicular, caminar hasta la cima de Urgull, observar las obras de Chillida en el Peine del Viento o un café en la terraza del hotel Londres son sólo algunos detalles que te harán enamorarte. Por la noche, después de una buena ruta yendo de zurito en zurito, la oferta también es amplia y puedes desde tomar un gin tonic en el mítico Dickens o salir a bailar con unas vistas privilegiadas de la playa a Bataplán.
Jávea
Dentro de la provincia de Alicante, concretamente en el Cabo de la Nao, se encuentra Javea. Un destino en el que sus veraneantes combinan escapadas a calas cercanas durante el día, atardeceres entre cócteles en sus chiringuitos y una animada vida nocturna para terminar el día. Un error de manual en este destino es pisar la Playa del Arenal, pues tiene un tamaño que deja mucho que desear y está siempre de bote en bote, por lo que hay que ir preparado para la playa de rocas o las excursiones a la cala de la Granadella, el Ambolo, Cala Blanca, Cumbres del Sol,... El chiringuito por excelencia es La Siesta, con sesiones de música y ambiente ibicenco. Y la noche se vive en Molí Le Blanc, Achill o Atalaya. Si te da tiempo no te pierdas las impresionantes vistas desde el Cabo de San Antonio.
Canfranc
¿Eres más de montaña? No te preocupes porque también te traemos opciones de veraneo con las que puedas soñar. En la provincia de Huesca, justo en la frontera con Francia, se encuentra uno de los pueblos con más encanto de todo el país. El verde es el color por excelencia en el Valle de Canfrac y conviviendo en perfecta armonía con la naturaleza está la imponente Estación Internacional de Canfranc, que fue inaugurada en el año 1928 y declarada Bien de Interés Cultural en el 2002. Pasear por las bucólicas calles del pueblo y sus mercados medievales o practicar senderismo siguiendo sus rutas salvajes es una delicia para desconectar del trabajo.
Altea
Si necesitas poner la mente en blanco para desconectar de la jornada laboral, las impolutas calles de Altea están hechas para ti. Está situada en lo alto de una colina de la Sierra de Bernia con unas vistas inmejorables del Mediterráneo. Las casas caladas, las estrechas calles con balcones llenos de flores recuerdan a un pueblo andaluz, pero el espíritu de sus habitantes no se puede comparar con nada. Cada rincón está lleno de magia y los paseos se pueden alargar durante horas. Su playa es una de las paradas que debes hacer, pero no olvides visitar el Jardín de los Sentidos, te hará perder los tuyos.
Cadaqués
En pleno Cabo de Creus se esconde un idílico pueblo de pescadores que ha conseguido ganarse un hueco en el corazón de todos los que lo han encontrado. Algunos ilustres enamorados fueron Salvador Dalí, Pablo Picasso o Joan Miró, que disfrutaron de numerosas estancias veraniegas en Cadaqués. Si te decides a descubrir este pedazo de cielo en la tierra no olvides callejear disfrutando del paisaje, visitar la playa, subir a la Iglesia de Santa María, conocer sus pequeños museos o comer en el famoso restaurante Compartir y hacer lo propio. La estampa del mar lleno de coquetos barquitos es realmente inolvidable.
Ronda
Su emplazamiento privilegiado sobre una meseta cortada por un profundo tajo convierte a la ciudad de Ronda en un punto militar estratégico. Por eso desde los primeros asentamientos íberos hasta la llegada de los musulmanes, pasando por el Imperio Romano la hicieron suya, y cada uno de ellos dejó su huella impresa. La panorámica que ofrecen sus acantilados harían creer en los destinos de verano sin playa incluso al más escéptico. El Puente Nuevo es la imagen icónica del pueblo y merece la pena verlo desde abajo. Descubre las mágicas leyendas que guardan sus calles y miradores y deja a un lado las historias de oficina en esta joya de Málaga.
Toledo
Toledo es la capital castellano-manchega, se la conoce como la Ciudad de las Tres Culturas por la convivencia de cristianos, árabes y judíos durante la Reconquista, fue ciudad imperial en tiempos de Carlos V y durante todo el 2016 es la capital gastronómica de España. Si todavía no te has animado a conocer esta mágica urbe te vamos a dar unos cuantos motivos, empezamos: el Alcazar, sus sinuosas calles, la Catedral Primada, la Puerta Antigua de Bisagra, la Plaza de Zocodover, las Murallas, la Sinagoga de Santa María la Blanca, la Mezquita del Cristo de la Luz, el Museo del Greco, la Casa del Judío,... ¿Necesitas que sigamos?
Lisboa
Ya sabemos que Lisboa no se encuentra dentro de nuestras fronteras, pero la proximidad y la belleza de sus calles nos ha obligado a incluirla en esta guía. Si te decides a visitar el país vecino en 48 horas lo mejor para recorrer la capital lusa es moverse a pie y coger su emblemático tranvía amarillo número 38 cuando la distancia sea un poco más larga. Empieza por los lugares de interés clásicos como sus plazas señoriales, o sus monumentos cargados de historia como la Catedral, el Monasterio de los Jerónimos, la Torre de Belém y el Castelo de São Jorge. Una vez hayas tachado los imprescindibles de la lista, dedica el tiempo que te quede en vivir la ciudad. Para sacarle todo el jugo te recomendamos subir al mirador de Portas do Sol, donde los atardeceres parecen fruto de un embrujo y hacer la bajada por el Barrio de Alfama con una parada para escuchar un fado. Será como conocer un pequeño pueblo dentro de la ciudad. Por la noche en las calles de Barrio Alto se concentra el mejor ambiente de ocio y el ritmo no decae hasta la madrugada. Para comer aléjate de las avenidas principales y deléitate con un bacalhao a brass en el restaurante Santa Rita. Un souvenir: sus maravillosos pastéis de Belém.
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