Cada día, más mujeres se decantan por la manicura artificial, por la comodidad y rapidez que conlleva. Es una solución práctica para aquellas que se muerden las uñas y también para quienes no saben hacerse una manicura natural –o no disponen de tiempo–. Cada vez son más fáciles de poner y están hechas con mejores materiales, ¿por qué no intentarlo?

Existen dos tipos de uñas postizas: de gel o acrílicas. Las primeras son más finas y, por lo tanto, más fácil de colocar, más económicas y también más quebradizas. Quedan tan naturales que, si no quieres, no es necesario aplicarle pintauñas. Eso sí, cuando las uñas crecen hay que reponerlas de nuevo para que no se noten. Las acrílicas resultan más artificiales y conviene darles un poco de color para que no se noten. También son más duraderas; con un buen mantenimiento pueden durar hasta seis meses.

Para colocar cualquiera de los dos tipos de postizos, lo primero que debemos hacer es cortar y limpiar bien las uñas con un desinfectante, eliminando la cutícula con un palito de naranja y aplicando aceite de cutícula. Lima la uña con suavidad, dejando su forma natural, y retirando cuidadosamente los restos de limadura. 

Si vamos a usar uñas de gel, hay que medirlas en relación a la uña natural, para elegir el tamaño correspondiente. Después, hay que dar forma a cada una de ellas, limándolas por arriba y por los lados. El siguiente paso es poner una gotita de pegamento en la uña postiza y pegarla, colocándola a 45º sobre la uña natural y después bajándola y presionando. Corta por arriba y lima para que no se note la diferencia entre natural y postiza. El último paso es desinfectar de nuevo.

Otra posibilidad para lucir una manicura sorprendente es apuntarte a los stickers de uñas. Como su nombre indica, son pegatinas decoradas que pueden durarte hasta 10 días. Solo hay que elegir las del tamaño correspondiente y ya está, se lucen sin ninguna imperfección. El único límite estará en tu creatividad.