Afrodita fue la culpable de todo, ya que, en la mitología griega, la diosa de la lujuria cedió su cestus o ceñidor (una tira que se colocaba debajo del pecho realzando la figura) a Hera a cambio de la reconquista por el amor de Zeus. 

Ahí nacía el primer elemento dedicado a realzar la silueta femenina que, años más tarde, se centraría en el busto.

Después vino el apodesmo, una prenda que cubría los pechos elaborada con tiras de colores. Y más tarde el mastodeton, más opresor que el primero.

En aquella época ambos sostenes tenían un significado simbólico, más que de sujeción, siendo desatados por los esposos al contraer matrimonio como símbolo de unión.

En la época de Napoleón, las cinturas se estrechaban, dejando sin respiración a las portadoras, con la llegada del corsé cuya moda perduraría 400 asfixiantes años hasta que por fin sería desplazada en Francia en 1886 por el brasserie, más parecido al sujetador actual. Prenda que no fue bien acogida en un primer momento ya que la sabiduría popular comentaba que 'iba a partir a la mujer en dos'.

No fue hasta principios del siglo XX que empezaron a patentarse los primeros diseños, concretamente el de Mary Phelps Jacob, que en 1914 fue creado a partir de dos pañuelos de seda y un poco de cinta rosa. Los aparatosos corsés hechos de huesos de ballenas no quedaban bien con su vestido de noche.

Ni ella misma supo la repercusión que tendría su idea, ya que vendió la patente a Warner Corset Company por 1.500 dólares. 

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Las mujeres han adaptado el uso del sujetador en función de las corrientes de moda y de pensamiento, desde la época de los años 50 de Hollywood donde una Rita Hayworth rompía barreras atreviéndose a posar en ropa interior, hasta la quema de sujetadores de los movimientos feministas de la segunda mitad del siglo XX, pasando por el picudo sujetador de Madonna que lucía por encima de la ropa, hasta la época actual donde es mostrado a través de blusas transparentes o incluso se prescinde de él con el 'braless'

Es sorprendente que pese a la gran historia que hay detrás de esta prenda básica 9 de cada 10 mujeres desconozcan su talla de copa y contorno y 7 de cada 10 no usen el sujetador adecuado. 

¿Terminará desapareciendo?