Vestido

El vestido en cuestión está a la venta en Amazon y en la web del proveedor, Homeyee, una tienda online con sede en China plagada de textos “lorem ipsum” y traducciones sin revisar de Google. Pero el hecho que ha revolucionado las redes reside en su precio: 20 euros. Una módica cantidad por la que las presentadoras se han construido un armario al estilo Pitufina: repleto del mismo modelo en varios colores. 

El diseño, de tela elástica y corte estructurado, está pensando para favorecer prácticamente cualquier silueta gracias al engaño del ojo. Unas franjas negras colorean estratégicamente cintura, caderas y pecho, ayudando a disimular curvaturas indeseadas y equilibrando la figura. Un trampantojo 'low cost' que ya se ha hecho viral.

Y es que para aquellas meteorólogas que no tienen un estilista detrás en canales con bajos presupuestos, cualquier recomendación siempre es bien recibida. Su trabajo exige un código específico que combine la elegancia con la comodidad (los aspavientos que requiere un frente frío, necesitan movilidad) y que además, sea económico. El diseño de Homeyee, reúne todas sus plegarias.

Human, Purple, Collage, Fictional character, Electric blue, Magenta, Violet, Cobalt blue, Animation, Animated cartoon, pinterest

Foto: Twitter @KOCOShelby

“A veces, lo que más estrés me provoca en el trabajo es pensar qué ponerme”, afirmó Jen Carfagno para Slate.com. No todo vale: ni demasiado sofisticado, ni temático, ni vintage. Demasiado apretada parecerás recién salida de un after, demasiado holgada parecerás una ‘teenager’. El negro es aburrido y los patrones son difíciles de manejar en cámara. Las arrugas están prácticamente prohibidas. Todo un reto, sin duda.

Así que, con prácticamente todas las opciones descartadas, el vestido de Homeyee ha resuelto el algoritmo que tenía a las meteorólogas en jaque. Sin embargo, el armario de una presentadora está en constante cambio, como la moda. Hace décadas, los trajes sastre eran los protagonistas de los espacios y las blusas, el comodín. Una escena en la que las mujeres sentían la presión de la autoridad masculina en la industria y la combatían a través de la forma de vestir. Con el paso del tiempo, los vestidos han ofrecido a la mujer una forma de abrazar su feminidad manteniendo la misma credibilidad que un hombre sin tener que emular su estilo.

Ahora se abren nuevos frentes: las redes sociales. Los usuarios opinan. Y no siempre lo hacen con lo que a uno le gusta oír. Las críticas ayudan a las presentadoras a ser cautelosas en cuanto a su vestuario. Que una meteoróloga del prime time sea 'trending topic' por su vestuario no es el objetivo (aunque en otros países, sí). 

En Estados Unidos, hacerse con un vestuario suficiente como para anunciar lluvias todos los días puede llegar a acumular más de 100 vestidos y cuando eso corre de tu propio bolsillo, se nota a final de mes y se afina hasta el último céntimo invertido. French Connection o Michael Kors son algunas de las firmas favoritas de las presentadoras. No tanto su precio. Así pues, las rebajas, saldos y las famosas ‘pop up sales’ son la solución para tener un vestido en cada ocasión. Intercambiarlos con sus compañeras, otro socorrido recurso para no repetir modelo.

Que un vestido cueste 20 euros y reúna todas las características que necesitan a diario, es un triunfo. ¿El problema? Ya es un secreto a voces. Medio mundo (si no entero), ya viste como la chica del tiempo de las 15.00h.

Cosas de la moda.