La noticia saltaba a la luz tras el último desfile de la Maison francesa en Roma, su sonado (y paradójico) homenaje a los artesanos en el estudio 5 de Fellini en Cinecittà. Uno de los modelos masculinos desfilaba con el chaleco de la disputa, de lana en jacquard blanco y negro.

Dos días más tarde, Mati Ventrillon publicaba en su cuenta de Facebook un mensaje que dejaba entrever la inspiración de la maison, en este caso, con sus diseños como punto de partida.

La diseñadora afirmaba que a comienzos del pasado verano, dos trabajadores de la firma visitaron Fair Isle, comprando algunas de sus prendas. Acotó que no esperaba que le copiaran literalmente sus diseños meses después.

El pasado 10 de diciembre, Chanel indicó en un comunicado a la AFP que todo se había tratado de un mal funcionamiento dentro de su equipo, pidiendo disculpas a Ventrillon por los daños ocasionados y recordando su apego y respeto por el trabajo artesanal, ya sea “dentro de su propia casa o en la de otros”.

Además, la casa francesa incluirá una etiqueta especial en los diseños en cuestión haciendo una mención a la diseñadora: “Design Mati Ventrillon”, reconocimiento así su inspiración y error.
Por su parte, la venezolana ha aceptado las disculpas de Chanel responiendo en las redes sociales con otro mensaje en el que reconoce la elegancia y el respeto que la firma ha demostrado a los artesanos tras el error cometido, marcando el diseño con su nombre.

Una situación salvada con elegancia de la que el mundo de la moda debe tomar nota.