Abigail Kingston es una novia como todas las demás, ilusionada por dar ese gran paso junto a su media naranja, pero la cosa cambia cuando hablamos de su vestimenta. La joven de Pensilvania se tomó demasiado en serio eso de "algo prestado y algo viejo" para el día de su boda y decidió pronunciar el "sí quiero" casi vestida de época. Un vestido de 120 años, lucido por 10 de sus familiares, fue el elegido para protagonizar ese momento tan señalado.

Abigail Kingston es la 11 mujer que se casa con el vestido de 120 años.pinterest
Abigail Kinsgton es la onceaba mujer en lucir el vestido de novia usado en su familia durante 120 años.

Todas sabemos que la moda es cíclica y pase el tiempo que pase las tendencias regresan a su origen sin descanso, incluso en lo que a looks nupciales se refiere. De hecho, muchas novias no se plantean otra opción que la de lucir ese traje del que ya hizo gala su madre el día de su boda. Quizás Abigail fue demasiado lejos al querer continuar la tradición familiar, apostando por el vestido elegido en su día por su tatarabuela Mary Lowry Warren, con el que se casó el 11 de diciembre de 1895.

Este traje experto en viajar a través del tiempo llegó a manos de Abigail de parte de la madre de la última novia de la familia que pasó por el altar, allá por 1991. Después de tanto tiempo, los agujeros, el raso descolorido y, en general, una tela de aspecto completamente envejecido es lo menos que se puede esperar, por lo que Abigail decidió llevarlo a un diseñador que tras 200 horas de trabajo logró obrar el milagro.

Aún así, la novia solo lució esta pieza digna de coleccionista durante el cóctel, pues ser lavado en seco una única vez, remendado en múltiples ocasiones según los gustos de la novia en cuestión y, en definitiva, 120 años, pasa factura.

Esta vuelta al pasado no termina aquí. Además de completar su look extremadamente vintage con un medallón que su abuelo regaló a su abuela, realizó un homenaje fotográfico a todas las novias que habían portado dicho vestido a lo largo de su centenario de vida.

¿Quién será la próxima afortunada en lucir la reliquia?