Mañana a estas horas el mundo de la moda se encontrará sumergido en una auténtica celebración, y es que uno de sus mayores talentos de todos los tiempos, Valentino Garavani, cumple nada más y nada menos que 85 años.

Parece que fue ayer cuando "el Último emperador de la moda", como así era conocido en el universo del patronaje, regresaba de un París que le permitió rodearse de diseñadores de la talla de Guy Laroche o Jean Desses, cuyas enseñanzas fueron plasmadas en la feminidad, elegancia y romanticismo de sus creaciones, para sentar las bases, junto a su socio Giancarlo Giammeti, de todo un imperio que, con su gran inicial como símbolo, "V", escalaría posiciones hasta alcanzar el Olimpo de los grandes de la moda italiana: Armani y Versace. Aunque hubo que esperar hasta 1968 para que la pasarela de la Semana de la Moda de Florencia dejase a un lado el color para recibir la 'Colección Blanca' con la que Valentino hacía su debut sobre las tablas.

Aunque triunfó de blanco, su color por excelencia siempre fue el rojo amapola, con el que comenzó un enamoramiento que llegaría incluso a teñirse de su nombre: el Rojo Valentino, tono que ha sabido representar a la perfección durante décadas esas colecciones de sastres de corte perfecto, lazos, plisados y drapeados, pijamas y pantalones palazzo o de vestidos cubiertos de plumas y pétalos, con los que, inspirándose en las mujeres de su familia y el cine, siempre ha evocado un romanticismo y elegancia que persigue la belleza femenina y la feminidad elevada a la máxima potencia, adaptándose a los nuevos tiempos y a los gustos de las mujeres de cada época.

Quizá sea por esto por lo que Elizabeth Taylor aceptase vestirse con su diseño cuando ya tenía un modelo elegido para un evento en Hollywood, o por lo que Jackie Kennedy le confió su vestido de novia, o por lo que Audrey Hepburn, y años después Kate Moss o Nicole Kidman, entre otras, se declararon fieles seguidoras de su trabajo.

Tras 45 años de grandes pasarelas bajo sus pies, 49 boutiques alrededor de cuatro continentes y muchas y brillantes colecciones, puras obras de arte y victorias en las diferentes Semanas de la Moda a sus espaldas, "el Maestro del vestido" pasaba el testigo con su última colección en 2008 a Maria Grazia Chiuri y Paolo Piccioli.

Aunque Valentino abandonase las pasarelas para no volver y Maria Grazia dejase de controlar el timón el pasado año, Pierpaolo Piccioli sigue manteniendo la esencia del diseñador en todo lo que produce bajo su sello.