Al ser un día tan importante, donde eres la protagonista por excelencia, cada detalle ha de estar perfecto. Elegir un modelo de calzado, que encaje tu vestido, es complicado. Aquí tienes algunas claves para no fallar:

- Zapatos planos: Una buena ocasión para ponértelos es junto a vestidos largos. Algunos modelos, debido a su largura y a su espectacularidad, permiten que no se te vea el pie.

Así que aprovecha y cálzate unas bailarinas para estar cómoda. También hay que tener en cuenta la altura del novio. Si es más bajito que tú, intenta elegir esta opción para que no se note tanto la descompensación de altura.

El suelo donde se vaya a celebrar la boda, es un factor a tener en cuenta. Si se trata de una boda en la playa o en el campo, este tipo de calzado será el más adecuado para la ocasión.

Tu boda tampoco es el mejor día para arriesgar. Es decir, si nunca has soportado llevar tacón, no lo hagas. Si, por otro lado, te resignas a ir plana, puedes subirte a unas cuñas o a un tacón medio algo grueso que te proporcione estabilidad y que asegure que seas la última en abandonar la pista de baile.

El estilo de la ceremonia también influye a la hora de tomar decisiones. Si es una boda desenfadada, bohemia o hippie, los tacones no tendrán demasiada cabida.

- Zapatos de tacón: Si has sido valiente y te has decantado por esta opción, tendrás que valorar varias cosas. Lo primero es la altura que puedas aguantar, con la que andes bien hacia el altar y no te sea incómoda.

Por otro lado, ten en cuenta las plataformas. Suman centímetros y ganas en comodidad.

Si vas a ir de corto, no dudes en subirte a unos tacones. Te estilizarán mucho más la pierna y vestirán más que unos planos. Tampoco tienen que ser de vértigo, con que realcen tu silueta, será suficiente.

Si no te decides y puedes permitirte ambos tipos de calzado, ten las bailarinas de reserva. Pero al elegirlas intenta que sigan la misma línea del vestido, y que al ponértelas no te arrastre.