Hace años, esta 'ceremonia' cobraba un sentido especial porque el novio comunicaba al padre de la novia su intención de contraer matrimonio con ella y además le pedía su bendición. Hoy, se concibe como una fiesta íntima en la que las familias de los contrayentes se conocen (si aún no se han conocido), estrechan lazos y concretan algunos detalles del enlace. Es casi, casi, como un ensayo general de la boda que se celebra, al menos, tres meses antes del matrimonio.

La tradición señalaba que la casa de los padres de ella era el lugar lógico para la celebración de la pedida, porque allí es donde vivía la novia y de donde iba a salir para casarse. Como hoy muchas parejas ya conviven juntas antes del matrimonio, la pedida se suele hacer en su casa o en 'territorio neutral', en un restaurante que pueda tener un reservado, para que la intimidad sea mayor.

Si vais a celebrarlo en vuestra casa, podéis probar vuestras dotes de anfitriones y preparar un almuerzo o cena especial, con una vajilla y cubertería bonita que consiga una mesa preciosa. Si lo vuestro no es la cocina, despreocuparos y contratad un catering para que se encargue de todo. Otro territorio neutral puede ser la casa de un amigo de confianza, en cuyo caso es casi obligatoria la contratación del catering para no darle trabajo extra.

Una idea es ampliar la lista de invitados a la pedida y pedir que asistan los amigos más cercanos a la pareja, para que se conozcan entre sí y que luego sea más fácil todo el 'trabajo' (léase despedida, regalos, detalles sorpresa...) que les espera los meses siguientes. Para que vengan, no tienes por qué hacer invitaciones serias como en la boda: puedes hacerlo por internet, con una llamada de teléfono o quizás con una postal DIY.

¿Cómo hacerlo?

No es necesario que establezcas un 'dresscode'; se trata de una fiesta mucho más informal que la boda. Elige un vestido de cóctel en un tono pastel si el evento es de día o en un color más intenso si es de noche, lleva unos zapatos de tacón con los que estés cómoda, decántate por un maquillaje sencillo y, para el peinado, luce el pelo recogido o con un acabado natural. Tu pareja tampoco tiene por qué ponerse traje si no se siente cómodo; una camisa y unos pantalones de vestir serán suficientes. Tenéis que ir de acuerdo en el tipo de traje: los dos casual, los dos de cóctel... 



La tradición indica que, la mañana de la pedida, el novio debe enviar a casa de sus futuros suegros un ramo de rosas blancas. Si son los padres de ella los que celebran el evento, debe traerles un detalle, que puede ser una buena botella de vino o champán. El protocolo indica que, en los postres, el novio pide en público la mano de la futura casada, tras lo cual viene el intercambio de regalos.



En este sentido, la costumbre indica que él te regale una joya (lo más común es un anillo) y que tú le regales a él un reloj. Si él no usa, puedes cambiarlo por unos gemelos, y si tampoco van con él, escoge algo que encaje con una de sus aficiones: unos palos de golf, un casco de moto, una tabla de surf...


El consejo fundamental para ese día tan importante es que estéis relajados, que lo disfrutéis, que no os dejéis llevar por las posibles tensiones que surjan entre las familias y que lo viváis como el pistoletazo oficial de salida para una de las jornadas claves de vuestra vida: vuestra boda.