Suele decirse que la temporada alta de bodas es de mayo a octubre, y frente a las tradicionales bodas en primavera y las calurosas del verano, nosotras queremos apostar por las bodas de otoño. Como son unas fechas poco concurridas, tendrás menos dificultades en reservar sitios para festejarla. Estos son cinco motivos (más) por las que las adoramos.

El clima. En efecto, el porcentaje de sol que va a lucir es mucho menor que en primavera y en verano, pero las temperaturas se han suavizado, no hace ni mucho frío ni mucho calor. En cuanto a la lluvia, hay que tenerla siempre en cuenta, pero algunas de las fotos de boda más bonitas se han hecho con los novios bajo paraguas.

Los looks. Las chicas podrán lucir sus mejores chales, boleros, chaquetas o blazers sobre vestidos de manga corta. Pero sobre todo, los que te agradecerán la boda en otoño serán los chicos, que no se morirán de calor con el traje de chaqueta.

Tú. El vestido puede ser mucho más suntuoso cuando baja un poco la temperatura. Puedes llevar abrigos de encaje y tul, chales, manga francesa, guantes de raso, una estola de imitación de piel blanca...

Look 'beauty'. Mientras que las novias de verano deben llevar un maquillaje natural y discreto, las de otoño pueden jugar con más tonos tanto en el rostro como en los labios (¿qué te parecería llevar un granate?). Eso sí, ¡mucho cuidado con no pasarte de color!

La decoración. Imagina todas las posibilidades que ofrece una boda otoñal: calabazas, manzanas, uvas, piñas secas, hojas de árboles, marrón, amarillo, naranjas, rojos... Llena tu boda de ese espíritu otoñal, desde las invitaciones hasta el menú.

La luna de miel. Esta estación es ideal para viajar casi a cualquier rincón del mundo por la suavidad de todos los climas. Puedes plantearte ir a Sudamérica, a Sudáfrica, a Australia, al sudeste asiático, a cualquier país de Europa y también a los destinos clásicos. Porque... ¿y quién no ha soñado nunca con ver el otoño en Nueva York?