Antes de crear su Maison, Coco Chanel era Gabrielle. Una mujer apasionada que tuvo que conquistar su libertad para convertirse en quien quería ser. Esta mujer anterior a Coco es la que inspira nuestros propósitos de año nuevo y también ha inspirado el perfume Gabrielle Chanel, una fragancia creada a partir de cuatro flores blancas que encarnan la feminidad libre de esta creadora. Una libertad y rebeldía que también se expresa en las citas inspiradoras de Gabrielle que nos guiarán en 2018 con el objetivo de romper las reglas, y ser, por fin, nosotras mismas. Citas que ha ilustrado Monstruo Espagueti, el álter ego de Anastasia Bengoechea. Licenciada en Publicidad, se define a sí misma como humorista gráfica. Sus dibujos son el reflejo de muchas de las facetas de la mujer moderna: miserias, inseguridades, angustias, problemas existenciales, amores, corazones rotos... Pero, eso sí, siempre con un humor mordaz. El mismo que caracterizaba a Gabrielle Chanel.

La libertad es siempre elegante

Cansada de ver la moda en manos de hombres que encierran a las mujeres en escotes, varillas, y corsés, decide diseñar para que ellas dejen de sentirse costreñidas por prendas imposibles. Gabrielle consiguió identificar libertad y elegancia, es un legado que nos dejó a todas las mujeres. Elevó el estilo popular a chic: perlas falsas ocupando el lugar de los diamantes, vestidos y jerséis de punto, un tejido reservado para la ropa interior, camisetas de rayas que solo vestían lo marineros, pantalones masculinos que ella robaba del armario de sus amantes.

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Hizo de la necesidad virtud y sofisticación: de orígenes humildes, a la muerte de su madre fue abandonada en un orfanato. Allí se crió, allí aprendió a coser y de allí tomó la estética austera (falda negra y camisa blanca) para convertirla en una de sus señas de identidad. Reinventó el vestido negro con el que la mujer podía ir a la oficina y también salir después de trabajar, sin necesidad de ir a casa a 'arreglarse', siendo ella misma de la mañana a la noche.

"En mi época, las mujeres vestían contranatura. Yo les di la oportunidad. Les di brazos y piernas de verdad. movimientos que eran auténticos y la posibilidad de reír y comer sin tener necesariamente que desmayarse", dijo una vez. Reír, ser libres. La esencia de la verdadera elegancia.

El acto más valiente es pensar por ti misma. En voz alta

Libertad de pensamiento y de expresión. Con esta frase, Gabrielle nos invita a tomar la palabra. Todas las mujeres hemos experimentado cómo –a veces con agresividad, otras con indiferencia– se nos excluye de la conversación pública. Tiene nombre el fenómeno consistente en hombres que continuamente callan a las mujeres para explicarles cosas: mansplaining.

En el ideario de Gabrielle, dueña de un verbo vitriólico, no cabe el silencio impuesto. Ella fue la mujer que, ante el creciente éxito de Yves Saint Laurent, dijo: "Tiene un gusto excelente. Cuanto más me copia, mejor gusto tiene". No se calló nunca ni hubo hombre capaz de silenciarla.

En 2018, siguiendo la estela de Gabrielle, las mujeres hablarán en voz alta. Nada más comenzar el año, más de 300 mujeres de Hollywood han creado un plan de acción contra el acoso sexual que quiere ayudar a que mujeres de cualquier condición y país se atrevan a romper el silencio y tomar la palabra. El colectivo, llamado Time's Up Now (El tiempo se ha acabado ahora), un paso más allá el movimiento #metoo (yo también), que en los últimos meses ha logrado tumbar a un reguero de hombres poderosos del espectáculo, periodismo y la política acusados de abusos. De esta manera, la mujer ha decidido romper los tabúes y abrir la puerta a un futuro tan libre y sorprendente como Chanel.

Para ser irremplazable uno debe buscar ser diferente

La belleza es tener estilo propio. Olvídate de los cánones impuestos y de lo que opinen y hagan los demás. Este es el ideario de Gabrielle Chanel: vivir y ser diferente. En 1913 abre su Maison y comienza su revolución: la silueta Chanel, ese ejercicio de elegancia y libertad, conquistará los salones de moda. Su objetivo siempre fue que cada mujer fuera única e irresistible. Es la primera modista que nos permite ser modernas y sentirnos bien con nosotras mismas. Y crea algo reconocible, atemporal, siempre de moda. Su estilo es más que un modo de vestir, es un modo de estar, una forma de expresión, una actitud. La esencia del empoderamiento.

Gabrielle decidió quién quería ser. Y no se limitó a ser solo una Coco Chanel, sino miles. Ella se retrata así: "Ofrezco unos contrastes que sólo me interesan a mí, y a los cuales no llego a acostumbrarme. Me considero una persona tímida y valiente a la vez, de lo más triste y alegre, detesto dar lástima, pero me gusta lamentarme, hacerme la víctima. Yo no soy violenta, lo son esos contrastes que chocan dentro de mi pequeña persona". Como Gabrielle, las mujeres tenemos el poder de ser lo que decidamos ser, con nuestras contradicciones. Libres e inclasificables como ella.

Si naciste sin alas, no hagas nada para evitar que te crezcan

El éxito de Gabrielle Chanel tiene su origen en su carisma y en su necesidad de volar. Sólo así se explica que fuera capaz de hacer tanto partiendo de tan poco: su infancia difícil que ella convirtió en símbolo al adoptar su estética sobria y diferente, su sobrenombre, "Coco", que debe a la canción ¿Quién ha visto a Coco en el Trocadero?, que interpretaba por las noches en un cabaret, su bisexualidad y desinhibición con sus amantes, todas ellas barreras que hubo de romper o aprovechar para convertirse en un icono del siglo XX y un símbolo para la mujer del siglo XXI.

2017 se ha despedido dejando una palabra protagonista que nos atañe más allá de gestos y preocupaciones cotidianas: feminismo. El cambio que la mujer va a protagonizar en los doce meses que nos esperan ya ha comenzado pero su alcance y sus consecuencias dependerá de que todas adoptemos una nueva actitud vital. De que hagamos el propósito de dejar que crezcan nuestras alas y nos lleven al sitio en el que queramos estar. Ganar terreno, hablar sin interrupciones, pensar en lo que quieres, decidir, vivir como quieras. Volar y romper las reglas, como hizo Gabrielle Chanel.