Prepárate para pasar uno de los veranos más románticos enfundada en vestidos midi de tejidos suaves, haciendo uso del lamé blanco para brillar bajo la luna y complementando tus looks con grandes joyas doradas, cual mujer italiana de mitad del siglo pasado.

Una espectacular y acertada mezcla entre la pureza del campo, la sensualidad y feminidad de la mujer y las tardes ibicencas que crearon ese estilo adlib que tanto está hoy en boca de todos han dado como resultado a una de las colecciones más admiradas de la temporada. Los italianos Domenico Dolce y Stefano Gabbana presentaban a finales del año pasado una propuesta que más tarde se convertiría en una de las tendencias fundamentales de la primavera-verano 2011.

¿La clave? Los vestidos románticos con brocados, bordados de crochet, hechos con algodón fino, lino o seda y en blanco como color principal. Las cuñas de esparto o rafia o el tacón ancho e infinito de madera se convertirán, por ende, en los mejores aliados para las tardes estivales y como complementos, las grandes joyas de oro tales como aros trenzados, pendientes florales o collares babero.

Los diseñadores se arriesgaron un poco más y apostaron por incluir elementos más salvajes para dar un toque más exótico y sensual (si cabe), al look: el estampado de leopardo. Mezclado con el romántico crochet blanco y los complementos en el mismo color, el felino se dejó ver tanto en vestidos largos de vuelo como en minivestidos. No dejaron indiferente a nadie y hubo quién ya se enamoró por aquel entonces de la primera muestra de amor a la italiana que los creativos expusieron en Milán.

Te lo advertimos, eclipsarás todo a tu alrededor.