"Mamá, quiero ser Instagramer"
La inmediatez y espontaneidad de la red social fotográfica más famosa alimenta nuevas ansias. ¿Qué pasa ahora con los blogs de moda? Analizamos la evolución a la nueva tendencia: ahora lo que se lleva es ser 'instagramer'.
Un simple toque en el corazoncito de la izquierda basta para ser una instagramer de éxito. Bueno, aclaramos: unos cuantos miles de toques en dicho corazoncito es lo que marca esta gran diferencia. Algo así como aquellos cientos de comentarios que se escribían allá en 2007 en esos elaborados post que ahora se resumen en fotos casi millonarias dependiendo de la cuenta de la que se trate.
Y es que, sabiendo lo que Danielle Bernstein (del blog We wore what) contó acerca de lo que puede llegar a cobrar una instagramer, no hace falta pararse a pensar más acerca de las razones de esta evolución.
De las prendas de regalo, los post a 10 € o los sorteos con productos gratuitos a ganar entre 4.000 y 13.000 € por la subida de una foto a través de un smartphone. Aquello de comentar esos post que llegaban en los avisos de los feeds diarios ha pasado a mejor vida. Un comentario con tu móvil y ya está todo servido. La rapidez con la que Instagram alimenta el ansia visual suple con creces la necesidad de entrar a través de tu ordenador a cualquier site para ver el estilismo del día de esa persona que tanto te inspira. Aunque, si bien es cierto, hay quien merece una parada obligatoria cada día para poder disfrutar a la antigua usanza.
¿Pereza o rentabilidad? ¿Hasta qué punto han dado de si su propia imagen? ¿Qué demandan las usuarias? Hemos hablando con Cynthia Bagué, bloguera española al frente de Somewhear con unos cuantos años en la blogosfera, para darnos su opinión acerca de esta evolución y cómo lo ha vivido ella desde su página web.
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