Un complejo es un conjunto de ideas, pensamientos y emociones negativas que nos generan enorme sufrimiento y que focalizamos en un defecto físico o psíquico real o imaginario. La persona acomplejada posee una imagen deformada de ella misma y suele autoevaluarse de una forma muy pobre y negativa. Los complejos suelen dañar enormemente la autoestima de la persona que los padece.

La imperfección es humana, nadie somos perfectos. Todos y todas tenemos cosas que consideramos feas o que no nos gustan. Lo que importa es la estrategia que establecemos los seres humanos para convivir con nuestros defectos y errores. Mientras que algunas personas aceptan la imperfección y se respetan, aman y valoran a pesar de ella, disfrutan de la vida e intentan mejorar aquello que pueden. Para otras, no ser como les gustaría, se convierte en algo inaceptable tanto física como psíquicamente, y se lanzan a una carrera sin tregua por conseguir la perfección o bien se bloquean y se sienten incapaces, feos o inútiles. Esto ocasiona mucho sufrimiento tanto a ellos, como a la gente que les rodea. ¿Crees que es esto lo que te ocurre a ti?

¿Cómo superar complejos?

Lo más importante es que nos aceptemos, tal como somos, de forma incondicional. Esto implica querernos y valorarnos con todos nuestros defectos y errores, así como con nuestras fortalezas y puntos fuertes. Esta es la base de una autoestima equilibrada. Nuestra autovaloración no puede depender de nuestro éxito, dinero y/o de nuestra belleza. Si dejamos que nuestra autoestima dependa de cosas externas a nosotros, tendremos esta batalla pérdida. ¿Quién nos puede asegurar siempre el éxito, el dinero, la belleza…? En la vida hay momentos buenos y también hay fracasos. Hay un tiempo para la juventud, pero también envejecemos y nuestro cuerpo se transforma y cambia….

Debes aceptarte y quererte a pesar de que no te guste tu pecho. Solamente desde la aceptación incondicional, podrás superar tu complejo. Aceptarnos y querernos a pesar de nuestros defectos, no significa que si nos lo proponemos no podamos mejorar, implica trabajar en nuestra mejora física y psíquica desde una actitud positiva y de respeto hacia nosotros mismos.

Yo te aconsejaría que te miraras al espejo desnuda y recorrieras tu cuerpo de forma respetuosa y amorosa. Míralo con cariño y deja de avergonzarte de él. Acaricia tu pecho y siéntelo como una parte maravillosa de tu feminidad. Repite este ejercicio cuantas veces sea necesario hasta que tú, en tu intimidad, seas capaz de apreciar la belleza de tus propios pechos. Sé generosa contigo misma, trátate bien. Cuando empieces a mimar tu pecho y a apreciarlo como algo valioso y digno de ser admirado, podrás transmitir su belleza a los demás. Si tú no te gustas a ti misma, es difícil que lo transmitas a los demás. Cómprate unos bonitos sujetadores y dale a tu pecho el lugar que debe ocupar en tu vida de mujer. A partir de ahora, ocúpate más de su cuidado: hidrátalo con cremas para que este más turgente y más bello. Ponte unas gotas de perfume entre tus dos senos y realza su poder de seducción…Ponte escotes para realzarlo…Echa los hombros hacia atrás y camina elevando tus pechos….Siéntelos bonitos y verás como ellos te lo agradecerán luciendo cada día mejor.

Rechaza los esquemas de belleza: ¿por qué hemos de aceptar lo que otros dictan como canon de belleza? Lo que ahora se considera bello, tal vez hace años no lo era y al revés. Mira los cuadros donde se expone la desnudez femenina de hace siglos, y verás la variedad de pechos que han estado de moda…. ¿te das cuenta como la belleza de los pechos femeninos depende del momento y del ojo del que lo mira?

En resumen, es fundamental aprender a vivir con nuestros defectos, todas u todos los tenemos, nadie es perfecto. Rescata tu sentido del humor. Quiérete incondicionalmente y procura dar más valor a tus virtudes y puntos fuertes.Muestra a tu novio orgullosa tus pechos…! Deja de ocultarlos y enseña su belleza! Suerte.