“El romanticismo se muere con el tiempo” o “la convivencia mata la pasión”, son algunos de los tópicos con los que pretende acabar Fady Bujana -autor de “Licencia para vivir” y “Caracoles Tántricos”- en su nueva obra “El Amor Excelente”. Porque, como asegura, “una relación duradera no tiene que ser aburrida”. En este libro, Bujana revela los cuatro hábitos necesarios para mantener la pasión y alcanzar la felicidad en la pareja: empatía, entusiasmo, erotismo y espiritualidad.

“Cuando el amor no va, no va nada”. Esta sentencia de Marilyn Monroe inicia al lector en la realidad de que de nada sirven el dinero, la fama o el éxito si no se tiene al lado alguien con quien compartirlos. Por eso, es fundamental cuidar la relación de pareja, mantenerla viva y en constante proceso de crecimiento. Partiendo de esta necesidad y basándose en las enseñanzas y experiencias, Bujana nos desvela en su libro y en esta entrevista la receta de la pasión en la pareja y cómo mantenerla o recuperarla, nos ayuda a entender por qué se ha roto la magia en nuestra relación, cómo superar el desengaño y el rencor, y cómo desarrollar una actitud positiva.

“Cuando la crisis llega a la pareja es síntoma de que la relación funciona”. ¿Puede explicarnos esta afirmación? ¿Qué claves le daría a una pareja en crisis para superarla con éxito?
Cada vez que nos metemos en una relación de pareja entramos en una especie de “embudo”: al inicio solemos recibir mucha validación (“me gusta como vistes, como piensas, hablas, etc.”) y eso hace que queramos estar cada vez más cerca del otro. Nos vamos acercando hasta que un día surge la primera herida: de repente, una cosa que dices (o haces) no gusta tanto y ¡la otra persona te lo hace saber! La reacción más habitual suele ser “recoger velas” y esconder el comportamiento, dejándolo para siempre fuera de la relación. Pero a medida que se van repitiendo esas escenas, vamos dejando más y más cosas fuera (hábitos, ideas, amigos, idiosincrasias, etc.) tratando de evitar el conflicto y se va creando una especie de franja oscura que acaba asfixiando a la pareja. La razón es que mientras más cosas sacamos, más ocultación (y mentiras) utilizamos para mantener el equilibrio y más exiguo se nos hace el espacio vital. Un buen día alguien despierta con un nudo en la garganta y lanza la fatídica frase “ya no puedo más, me estoy asfixiando” o bien “no eres la persona que conocí”, lo que suele desencadenar una avalancha de recriminaciones: la crisis está servida. La mayoría de las parejas se rompen en este punto. Cada uno se va por su lado y vuelve a repetir el ciclo con otra persona creyendo “haber encontrado el buen número”. Pero rara vez nos damos cuenta de que si hemos llegado hasta aquí, es porque ¡la relación ha funcionado! La crisis ocurre porque ha habido relación. De hecho, esto es lo que hace una relación: te lleva hasta la crisis para ofrecerte la oportunidad de crecer resolviéndola. Y cuando llega, no nos podemos “escaquear”. Si estás en esta situación, tienes que aceptar que tenéis un trabajo de crecimiento por delante que, si hacéis de buen grado, desembocará en un oasis en el que muchos querrían estar: la morada del amor excelente. Si se elige romper la baraja, se perderá la oportunidad de aprender a salir de ahí y, más adelante, se volverá a caer en lo mismo (nadie se puede esconder de su propia evolución). Hasta que nos demos cuenta de los problemas planteados por nuestra mentalidad de “usar y tirar”, seguiremos derrochando oportunidades y mermando nuestras propias posibilidades de progreso y felicidad.

Puede hablarnos un poco más sobre esas cuatro claves para mantener la pasión
Se trata de las 4 “e’s” del amor excelente: los hábitos que toda pareja debería aprender a practicar, día a día, para mantener una relación sana, nutritiva y apasionada. Entusiasmo: no es lo mismo entrar en casa con un teléfono móvil en la mano saludando de forma distraída a la pareja que soltarlo todo en la puerta e ir corriendo a abrazarla. El mensaje implícito en cada uno de esos comportamientos es completamente distinto y afectará al resto de la interacción. Empatía: se trata del arte de aprender a ver el otro con buenos ojos y “a través de sus ojos”, entender su propia visión del mundo. Esto no solo es enriquecedor para el que abre el corazón, hace que el otro se sienta aceptado, reconocido y acompañado, estableciendo una conexión profunda entre ambos. Espiritualidad: las parejas que sienten que tienen una misión compartida, una visión a largo plazo y un sentido común de la relación (puede ser crecer y disfrutar juntos) toleran mucho mejor los pequeños conflictos, utilizándolos para ahondar cada día más en su relación, transformando una buena conexión en comunión. Erotismo: el erotismo es la historia sexual que cada uno de nosotros vive en su propia mente. Cuando la relación va bien, el protagonista principal es tu propia pareja. Cuando va mal, o bien “se suspende la función” o bien se redirige la energía sexual hacia otra parte y eso es el principio de la ruptura de la pareja. Sin erotismo, no hay pareja. Puede haber más o menos sexo pero uno de los ingredientes fundamentales de la pasión es el erotismo.

¿Por qué es tan difícil mantener viva la pasión en una relación larga? ¿En qué nos equivocamos?
Cada relación es un conflicto en gestión. Y en esta frase hay tres palabras importantes: relación, conflicto y gestión. A menudo entramos en una relación sin pensar en lo que estamos haciendo, con nuestro sistema de valores de soltera. Una relación es un proyecto compartido y hay que estar dispuesto a sacrificar parte de nuestra soberanía para que funcione correctamente, lo que no significa someterse o resignarse ante el otro. Hablo de una relación de pareja apasionada y duradera, no de una vieja amistad. No te puedes resignar a tener una relación de pareja mediocre en la que no exista estímulo. Y nada estimula tanto la pasión como un poco de conflicto (nuestra segunda palabra) cuando éste se gestiona bien (la tercera palabra). ¿Sorprendente, no? Pero no “conflicto armado”, ni discusión, ni violencia… Un conflicto es una sana divergencia de perspectivas de la que puede nacer una tercera más rica (no hay nada más excitante que una persona que te enriquece). Si tu forma de gestionar el conflicto es eliminarlo del todo, estás matando también la pasión. La relación como tal puede seguir en el tiempo, durar una eternidad y acabar matándote de aburrimiento. ¡No se trata de añadirle días a tu pareja sino “vida” a tu relación! Y ¿sabes cuál es el ingrediente principal de la vida? ¡La pasión! Se trata de aprender a gestionar el conflicto.

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¿En qué deberíamos fijarnos al escoger una pareja para no equivocarnos?
La elección de la pareja adecuada es muy importante para garantizar el éxito de la relación: aún más cuando piensas que, en general, elegimos a la pareja “por fuera” pero vivimos con lo que lleva “por dentro”. Como coach de relaciones ayudo a las personas a encontrar a su compañero/a ideal y a las parejas a mantener o recuperar la pasión sin tener que cambiar de compañero/a. Uno de los ejercicios fundamentales es enseñarles a ver claramente los rasgos y valores (deseables, indispensables, gestionables e inaceptables) de la persona que buscan “por dentro” para que sean capaces de reconocerla cuando la vida se la enseñe “por fuera”. A partir de ahí, buena parte de nuestro trabajo es enseñarles a ser la persona capaz de atraer a aquella pareja que acaban de definir, lo que rara vez es así de antemano… En resumen, te tienes que fijar en quién eres tú en este momento y quién es el otro en vista de la relación que tienes pensada. Suena mucho más fácil de lo que es…
 
¿Qué papel le otorga al sexo en una relación a largo plazo? ¿Es tan importante?
Hay que recordar que el amor, como el pan, es algo que se tiene que fabricar día a día para que sea fresco y nutritivo. En la base del amor encontramos una decisión de crear amor. Por otra parte, el sexo es la forma de expresar este amor y escondido en su base yace un hábito de practicarlo con la persona que amamos, un hábito que, con demasiada frecuencia, se puede perder. Como decía antes, sin erotismo no hay pareja. Puede haber amistad, pero no una relación de pareja apasionada. En una relación íntima puede haber más o menos encuentros sexuales pero uno de los ingredientes fundamentales de la pasión es el erotismo. Es importante mantener la historia erótica de la pareja viva en tu mente, el órgano sexual más importante del cuerpo, y la piel, su órgano más grande. Cuando se enfría tu relación de pareja, es en tu mente en la que hay que ir a buscar el sexo, no en la piel. Es decir, el sexo no solo es cuestión de fricción, sino ante todo de unión. Igualmente, un orgasmo no es cuestión de convulsión sino de cohesión. Es importante que cada pareja sepa encontrar su propio ritmo erótico para que siga estando íntimamente unida. No hay que hacer caso a las estadísticas en cuanto a la frecuencia ideal de relaciones sexuales: el sexo no es un evento deportivo.

Las claves para resolver una crisis

Como destaca Fady Bujana, “es importante entender que las claves para salir de la crisis son las siguientes”:

- Darse cuenta de que es normal que ocurra: forma parte del ciclo evolutivo de la pareja.
- Darse cuenta de que es una invitación de la vida al crecimiento (personal y en pareja).
- Darse cuenta de que hay que buscar la ayuda de alguien que sea capaz de guiar a la pareja a través del embudo de forma armónica con el crecimiento de ambos y de la relación.
- Darse cuenta de que hay que empezar a desarrollar nuevos hábitos, concretamente, los cuatro hábitos del amor excelente (empatía, entusiasmo, erotismo y espiritualidad).