Rendidas ante un genio
Cristóbal Balenciaga fue el primer embajador del 'made in Spain' en el mundo, y su legado es sin duda uno de los grandes estandartes de la moda española. Aprovechamos la inauguración de la muestra temporal ''La visión del genio, la técnica del maestro" en Madrid, para repasar diseños que rompieron patrones, trajes que pertenecieron a iconos como Grace Kelly o vestidos que se inspiraron en obras de Goya, Velázquez o Sorolla. ¿Es la moda arte? Balenciaga fue uno de los pioneros en abrir este debate con sus creaciones, y con algunas de ellas hacemos el repaso de su obra en nuestra galería.
Cristóbal Balenciaga
Esta fotografía inmortaliza a una modelo de la época, que luce uno de los vestidos icónicos de Balenciaga. Confeccionado en 1951, se trata de una pieza muy admirada porque está inspirada en el vestido que vemos en la obra del pintor Francisco de Zurbarán, 'Santa Isabel de Portugal' (Museo Nacional del Prado).
Influencia de Zurbarán
Se trata de una de las 20 piezas que se han trasladado de forma temporal al Museo del Traje de Madrid.
Un vestido largo, con escote palabra de honor en tul de algodón sobre tejido de raso de rayón beis, y decoración floral bordada en hilo metálico. La sobrefalda en tejido de tafetán de seda azul verdoso, servía también como capa.
Su inspiración: Agustín Esteve
Para crearla el modisto se fijó en la pieza que M.ª Luisa de Borbón-Parma llavaba (Museo Nacional del Prado) en la obra de Agustín Esteve (réplica de Goya). Largo y confeccionado en gasa de algodón, la espalda cubre todo el cuello. Al detalle: pequeñas florecitas bordadas.
Es otra de las 20 piezas que se han trasladado de forma temporal al Museo del Traje de Madrid.
Uno de los iconos
Este vestido se presentó en la colección de Balenciaga de invierno de 1956 y tiene todas las características que definen la silueta típica de los años 50: corsé, gran escote y amplio vuelo en la falda.
Un vestido que además, aportó una gran novedad: la pieza exterior, que sirve como capa o como sobrefalda.
El vestido de Grace Kelly
Este conjunto de dos piezas perteneció a la princesa de Mónaco, Grace Kelly. Realizado en el atèlier Jacqueline de París para la colección de invierno de 1965, está fabricado en cloqué de plata y de oro, este último uno de los más caros y lujosos tejidos de aquella época.
Las líneas no siguen el patrón establecido de los tradicionales trajes del momento, y la riqueza del color fue una de las características más aplaudidas del diseño. Además, podemos ver elementos como el cuello vuelto, la manga tres cuartos o la falda sin vuelo que evocan un estilo juvenil reinante en la década de los sesenta.
Importancia escultórica
Icono en la colección de Balenciaga, su color naranja, atrevido y moderno para la época y la forma del crespón son las señas de identidad de este vestido confeccionado en sus talleres de París en 1968. Un diseño donde se une la moda y la arquitectura y es que, como el propio Balenciaga decía "un buen modisto debe ser arquitecto para la forma, pintor para el color, músico para la armonía y filósofo para la media".
Influencia 'fifties'
Este diseño de noche destaca por la elegante combinación de sus tonos fríos, demostrando el especial sentido del color de Balenciaga. Con falda asimétrica y confeccionado en 'shantung' flocado, fue creado en París en 1957 y el modisto se basó en la silueta de los años 50. Perteneció a Mrs. Rachel L. Mellon, filántropa americana y gran coleccionista de arte.
Vestido de novia
Perteneció a la reina Fabiola, y luego ella misma lo donó a la Fundación Cristóbal Balenciaga.
Fabricado en satén de color marfil y visón blanco en los talleres de Madrid en 1960, con mangas japonesas, cuello barco y con talle a la cintura. Curiosidades: su larga cola exaltaba la majestad real, y la sencillez de la pieza estaba inspirada en la personalidad de Fabiola.
Abrigo de noche
Fabricado en tafetán de seda de color negro, es una de las piezas más enigmáticas de Balenciaga. Confeccionado en 1935, es una de las pocas prendas que se conservan con etiqueta EISA. B. E. (marcaespañola del modisto).
Se trata de un diseño que refleja la influencia que Madeleine Vionnet (conocida diseñadora francesa de Alta Costura) tuvo en la formación de Balenciaga. Perteneció a la señora Domínguez de Arbide.
Mantón de manila
Vestido de noche fabricado en satén de color fucsia intenso. Su bordado de 'print floral' está inspirado en los mantones chinos, conocidos como los mantones de manila.
Largo, sin mangas y con corte en la cintura, su escote redondo en el delantero y en pico pronunciado en la espalda es una de las características que más nos gustan de este diseño, atrevido en la época.
Fabricación manual
Para el día, este traje sastre es uno de los más conocidos de Balenciaga. De lana gris jaspeada y terciopelo liso de seda negra, fue confeccionado de forma manual.
La chaqueta tiene hombreras, elementos casi obligados en los años 40. Sin embargo, este diseño ya recuerda a la estética que triunfará en los 50. Y un dato más: fue creado en 1947, mismo año en el que Christian Dior creó el estilo 'new look', los diseños con cinturas estreñas y caderas marcadas.
Falda - globo
Vestido confeccionado en satén azul es uno de nuestros preferidos para ese momento tan especial como es el 'cocktail'. Pionero en fabricar el la conocida falda - globo, esta pieza representa a la perfección la tendencia.
Con botonadura en la espalda, el estampado inspirado en la decoración renacentista refleja el interés del modisto por los relieves. Psss... El cuerpo lleva relleno en el pecho.
'Baby doll'
También encontramos entre las creaciones del maestro el diseño que dió nombre a la inspiración 'baby doll'. Tras una gran labor investigadora, basada en la experimentación con la línea de la cintura para crear diferentes volúmenes, aparece este vestido, inspirado en la indumentaria infantil y con mucha libertad de movimiento. El nacimiento surge en 1958 y perteneció a la marquesa de Llanzol.
Súmmum de la simplicidad
El gazar fue el material elegido por Balenciaga para este modelo de 1968, por sus cualidades escultóricas. La pureza del color está ligado a la ceremonia de la boda, una característica que resalta la técnica depurada del modisto.
Fabricado en España, el escote es cerado y las mangas japonesas están realizadas por la prolongación del canesú.
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