Los reyes celebraron ayer una cena de gala en honor del presidente de Israel y su esposa en el Palacio Real. Para la ocasión Letizia eligió un look en blanco y negro con el que volvió a uno de sus primeros diseñadores de cabecera: Lorenzo Caprile.
Su estilismo consistía en una falda bordada tipo mantón de Manila que ya había lucido en el año 2004 y un bustier también bordado y con detalles brillantes que tampoco era nuevo.
La tiara floral, unos pendientes con perlas y los brazaletes gemelos de Cartier fueron las joyas por las que apostó para una ocasión tan especial.
