Ya hace algunos días (e incluso semanas) que los posibles looks de nuestras VIPs favoritas para los Globos de Oro se habían convertido en el centro de todos los rumores y comentarios, en concreto, por su color. ¿El motivo? Vestir de negro en esta gala implica opinar, sin palabra alguna, en contra de los abusos sexuales que han desatado un auténtico huracán en Hollywood. Muchas han sido las apuestas acerca de quién luciría el riguroso (y reivindicativo) negro, pero por fin tenemos respuesta.
Una de las portadoras del color de la noche no ha sido otra que Penélope Cruz, que nada más pisar la alfombra roja de esta 75 edición de los Globos de Oro ha conseguido meterse todos los flashes en el bolsillo a golpe de transparencia y encaje.
Un largo vestido de Ralph & Russo, que dejaba los hombros al aire, cubría la figura de Pe hasta los pies entremezclando ese tul transparente con flores de encaje decoradas con discretos paillettes que la hacían brillar con luz propia. Pieza a la que también se unía una voluminosa cola de satén. Pero, aunque nos encanta, reconozcámoslo, en esta ocasión Penélope no arriesga demasiado y se queda dentro de su zona de comfort sin salir de aquello a lo que normalmente nos tiene acostumbradas.
¿O es que no nos suena de nada este estilismo? "Buscando en el baúl de los recuerdos, uuh", la apuesta de nuestra querida Pe nos traslada hasta aquellos Globos de Oro de 2010, donde encontramos un Giorgio Armani con el que podemos jugar a encontrar las 7 diferencias.
Aún así, salta a la vista que la apuesta de este año poco o nada necesita para completarse, ya que es inevitable que toda la importancia del look recaiga sobre él. Aún así, Penélope aporta un toque aún más distinguido y elegante apostando por unos pendientes largos en los que destacaba una sencilla piedra transparente y anillo de esmeraldas. Eso sí, ha presumido de melena suelta y de lado.