Todo comenzó en mayo del año pasado, cuando Heard viajó a Australia desde Estados Unidos para visitar a Johnny Depp, que se encontraba rodando la próxima entrega de Piratas del Caribe en la isla. La estrella volaba en el avión privado de su marido con Boo y Pistol, y al parecer los documentos que había presentado para que entraran eran falsos. Todos los focos de la prensa australiana y estadounidense se centraron en la pareja cuando se supo el escándalo, y el ministro de Agricultura australiano dijo que las mascotas deberían volver inmediatamente a su país de origen o ser sacrificados.

Ayer se celebró la vista en los juzgados de Southport, a la que asistió la pareja más unida que nunca y sin hacer declaraciones, pero anteriormente había publicado en las redes sociales un vídeo en el que ella demostraba su “remordimiento” por el acto que había cometido y su profundo respeto por las leyes australianas de cuarentena.

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Casi un año después del suceso, se ha declarado a la actriz culpable de haber presentado documentos falsos cuando introdujo a sus dos Yorkshire Terriers en el país, y se le impuso una sanción que no quedará registrada como condena. Deberá pagar una fianza de 767 dólares durante un mes y mostrar buena conducta. Teniendo en cuenta que este tipo de delitos pueden penarse con hasta 10 años de cárcel, se podría decir que ha salido muy bien parada.