Todos soñamos con el estilo de vida de una bloguera e influencer trotamundos. ¿Te imaginas viajar por el mundo disfrutando de comidas gratis, alojamiento, paseos en helicóptero y mucho más a cambio de la promoción en redes sociales? Sería maravilloso, tan maravilloso que la gente querría seguir tus viajes a través de las redes sociales. Y ese es exactamente el motivo por el que funciona este negocio.

Hace unos días, la influencer Elle Darby, de 22 años, estaba preparando una escapada romántica a Dublín y se puso en contacto con Paul Stenson, el propietario del White Moose Café and Charleville Lodge. Darby le envió un correo en el que le proponía una colaboración en la que ella le ofrecía vídeos y publicaciones en su cuenta de Instagram a cambio de una estancia gratis los días previos a San Valentín.

Aunque Darby tiene más de 80.000 seguidores en su perfil, no pareció impresionar a Stenson, quien publicó una captura de pantalla de dicho correo en el perfil de Facebook del hotel junto a un texto muy crítico y mordaz cuestionando el retorno de la inversión de marketing.

[facebook ]https://www.facebook.com/WhiteMooseCafe/photos/a.1626436094303667.1073741828.1623682991245644/2048405988773340/?type=1&theater[/facebook]

En la nota, Stenson le dice irónicamente que quizás debería decirle a su equipo que aparecerán en el vídeo de la influencer en lugar de recibir el sueldo que correspondería a su trabajo. También le reprocha que él tiene numerosos seguidores en los perfiles sociales del hotel y que no va pidiendo por ahí servicios gratis a nadie, y que ella debería dejar de pedirlos y empezar a pagarlos como todo el mundo.

Tras la publicación Darby no se quedó en silencio y subió un video de 17 minutos en el que describe lo "brusco" que fue Stenson con su "salvaje" publicación de Facebook y ha dicho que ella solo tenía "las más puras intenciones".

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Muchos bloqueos se han unido para defender a Darby en sus perfiles de Facebook, Twitter o Instagram. Lo que irónicamente está consiguiendo que su negocio tenga más publicidad que nunca.

Y como a grandes males, grandes remedios, ante esta especia de boicot digital, el propietario de The White Mosse Café ha decidido cortar por lo sano y prohibir la entrada a su hotel a todo tipo de bloggers, condenando esta actitud de creerse en el derecho de todo por el mero hecho de ser 'influencer'.

Acción que ha terminando añadiendo un nuevo tarro en su mostrador, en el que puede leerse: "lágrimas de bloggers".

[facebook ]https://www.facebook.com/WhiteMooseCafe/photos/a.1626453094301967.1073741829.1623682991245644/2051083185172287/?type=3&theater[/facebook]

Después de este jaque, ¿cuál será el siguiente movimiento en esta historia? No podemos estar más impacientes.