Le debe todo a este personaje, pero la verdad es que Sarah Jessica Parker nunca quiso ser Carrie Bradshaw. Esta revelación la ha hecho el actor Seth Rudetsky, quien ha trabajado con Sarah recientemente en Broadway.

Al parecer la actriz no quería ni grabar el piloto porque no le apetecía atarse a una serie de televisión. SJP finalmente grabó este primer episodio atraída por el guión pero cuando la serie fue elegida para ser producida la mujer de Matthew Broderichk intentó bajarse del barco a toda costa.

Seth ha declarado que la actriz tenía miedo de quedar encasillada por una serie y no poder trabajar simultáneamente en diferentes proyectos. Para evitar rodar la serie de televisión, Sarah Jessica llegó a proponer a la cadena HBO que actuaría gratis en tres películas a cambio de romper su contrato.

Por suerte, HBO la convenció para interpretar a Carrie y gracias a eso Sarah es lo que es ahora. Evidentemente la actriz no se arrepiente de haber formado parte de esta mítica serie. Y nosotras tampoco de que lo hiciera.