Mientras la efemérides del Día de la Mujer se alzaba protagonista durante el pasado martes, las redes sociales ardían en polémica (para variar) por otros motivos. Una foto de Kim Kardashian desnuda hacía saltar las alarmas: con la melena oxigenada, frente al espejo, censurando con dos barras negras sus partes íntimas. "¿Es de ahora?", "¡Qué rápido se ha recuperado tras la maternidad" fueron solo algunas de las cuñas de los usuarios, pero el verdadero punto de inflexión vino de la mano de una colega en esto de la fama, la veterana actriz Bette Midler. "Kim Kardashian subió un selfie desnuda hoy. Si realmente quiere enseñarnos algo que nunca nos haya mostrado, a partir de ahora tendrá que tragarse la cámara", tecleaba Midler.

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Un pensamiento compartido por Chloë Grace Moretz a juzgar por el retuit que le regaló, lo que –entre otras cosas– produjo el malestar de la ubicua estrella de la docurrealidad nacida en Calabasas. Kim hizo un poco habitual uso de su perfil en la misma red social para contestar no solo a los que habían dudado sobre la actualidad de la foto ("¡fue mi momento rubia el año pasado, con 25 kilos menos!", aclaró) sino también para darle réplica a las voces que hablaban de cómo el pedestal que le otorga sumar 104 millones de seguidores entre sus redes sociales podría ser útil para algo más que desnudarse ante el mundo.

La primera afectada era Bette Midler, a quien le aconsejaba hacer lo propio con su cuerpo "si es que no se te ha pasado la hora de dormir", volcándose después con Moretz a la que, según Kardashian, "nadie en este mundo conoce". Al mismo tiempo tomaba con relativo humor la situación de su marido, el rapero Kanye West, quien confesó estar endeudado por 52 millones de dólares tras un esfuerzo titánico por ser un cofrade más de la industria de la moda, previo aparatoso show en el Madison Square Garden de Nueva York. "Perdón por tardar tanto, estaba ocupada transfiriendo los 80 millones que he ganado con mi videojuego a la cuenta que tenemos en común", tuiteaba con sorna.

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La pugna siguió hasta la noche con las pertinentes respuesta de sus aludidas, pero en lugar de continuar en el terreno de Twitter, Kim hizo inteligentísimo uso de su aplicación personal para iPhone –para la que uno debe pagar una suscripción mensual de 2,75 euros– y escribió. Escribió mucho (tampoco demasiado) para explicar lo que esta paradójica jornada le había hecho sentir. Saque cada uno sus conclusiones:

"Hola a todos.

Quería escribir un post sobre los tuits que escribí anoche. Con toda seriedad, nunca he entendido por qué a la gente puede molestarle tanto la manera que otros elijan de vivir su vida.

No me drogo, rara vez bebo, nunca he cometido un crimen. Y aún así, ¿soy un terrible ejemplo de conducta por estar orgullosa de mi cuerpo?

Siempre se vuelve a lo mismo: mi vídeo porno casero. Sí, una cinta que grabé hace ahora 13 años. TRECE AÑOS. Literalmente, esa cantidad de tiempo. ¿Y la gente aún quiere hablar de esto?

Ya pasé por épocas de miedo y vergüenza, y he decidido que a quién le importa, mejora tus actos y sigue adelante. No tendría que estar siempre defendiéndome, haciendo listas de lo que he conseguido hasta ahora solo para demostrar que soy algo más que lo sucedido trece años atrás en mi vida.

Pasemos a lo siguiente, evolucionemos. Yo lo he hecho.

Me siento poderosa a través de mi cuerpo. A través de mi sexualidad. Me siento bien estando en mi piel. Me siento a gusto mostrándole al mundo mis defectos y no sintiéndome avergonzada por lo que otros puedan decir de mi. Y espero que, a través de la plataforma que se me ha dado, pueda dar el mismo poder a otras chicas y mujeres a lo largo de todo el mundo.

Me siento fuerte gracias a mi marido, que me acepta y apoya, y el que me ha dado una confianza en mi misma hasta un punto que no conocía. Él me permite ser quien soy, y me quiere sin condiciones.

Me siento profundamente afortunada de haber crecido entre mujeres independientes, fuertes y con las ideas claras. Espero traspasarle todas las lecciones de vida que he aprendido de mis hermanas, mi madre y mi abuela a mi hija. Quiero que se sienta orgullosa de quien es. Quiero que se sienta a gusto con su cuerpo. No quiero que crezca en el mundo que le haga sentir menos por el simple hecho de aceptar su condición de mujer con todo lo que ello incluye.

Estamos en el año 2016. El insulto al cuerpo de una mujer, o la cultura de llamarnos putas mutuamente, ha llegado a su fin. Es suficiente. No viviré mi vida obedeciendo a los problemas que tengas con mi sexualidad. Sé tú, y deja que yo sea yo.

Soy madre. Soy esposa, hermana, hija, empresaria y tengo derecho a ser sexy.

#FelizDiaDeLaMujer"

Vía:Harper's Bazaar.es

Vía: Harper's BAZAAR ES