Sin lugar a dudas, la presentación de 'Battle of the Sexes' no podría haber aterrizado en mejor momento. Y es que, partiendo de su propio título y pasando por su sinopsis (el tenista Bobby Riggs reta a la tenista Billie Jean King para probar que puede vencer a cualquier mujer en la pista), es la metáfora perfecta para situarnos en esta sociedad de las oportunidades, en la que el cambio (muchos de ellos, afortunadamente, a mejor) es la máxima constante, pero en la que, a su vez, las mujeres todavía, en pleno siglo XXI, necesitamos seguir haciendo frente a la ferviente desigualdad de género.

En esta misma línea, Emma Stone, después de haber encarnado a Billie Jean y haciéndose eco en la revista Out, no ha dudado en pronunciarse una vez más ante este paradigma que todavía tantas veces precisa que se alce la voz, sobre todo en lo que a materia cinéfila se refiere: "El problema de la igualdad de salario tiene mucho sentido para mí. En el mejor de los casos ahora estamos ganando 80 centavos por dólar. Es un sistema difícil porque depende del tipo de películas de las que formes parte, del tamaño de tu papel, de cuánto recaudan las películas en la taquilla. Y mucho de eso cambia a lo largo de tu carrera, así que me refiero en mayor medida al problema de las mujeres, en general, que están ganando cuatro quintos, en el mejor de los casos".

Pero en esta ocasión, Stone ha conseguido ir un paso más allá en la materia, mostrando que para que ella pudiera recibir el mismo salario que sus compañeros masculinos, éstos han tenido que aceptar una reducción de sueldo: "Hasta este momento en mi carrera, he necesitado que mis compañeros coprotagonistas hombres hayan aceptado un recorte en su salario para que yo pudiese estar en igualdad con ellos", decía la actriz, "eso es algo que hacen por mí, porque sienten que es lo correcto y justo. Algo que tampoco se discute, necesariamente, que nuestra obtención de un salario equivalente va a requerir que la gente diga desinteresadamente: "Eso es justo.""

Por su parte, Emma no puede estar más agradecida a todos esos compañeros que han renunciado a sus beneficios por el mero hecho de creer ella, en sus capacidades y en el hecho de que éstas eran tan válidas como las de cualquier otro: "No se trata de "Las mujeres son esto y los hombres son eso". Es, "Somos todos iguales, todos merecemos el mismo respeto y los mismos derechos". Y eso es por lo que tan agradecida estoy a mis compañeros. Cuando he representado un papel de tamaño similar en películas, ha habido personas realmente increíbles que me han dicho: "Eso es lo que quiero hacer. Eso es lo que es justo y lo que es correcto ".